Con gratitud y gozo de corazón, reconozco todo lo que tengo. La energía divina es la fuente de mi provisión y me alineo completamente a ella. Estoy receptivo al fluir de la sustancia divina cuando pido lo que necesito en oración y doy gracias anticipadas porque sé que lo recibiré.
Todas mis necesidades son siempre satisfechas. Elevo mi conciencia de prosperidad manteniendo una actitud de gratitud, dejando ir pensamientos de escasez y compartiendo gozosamente de lo que tengo. Doy y recibo con amor y gozo. La satisfacción de nuestras necesidades es parte de nuestra herencia divina. Utilizo y comparto el bien que recibo sabiamente y con gracia.
Entonces el rey Darío escribió a la gente de todas las naciones y lenguas de la tierra, diciéndoles: “Deseo a ustedes paz y prosperidad”.—Daniel 6:25
La siguiente afirmación de Eric Butterworth me habla directamente: “En ti existe un potencial ilimitado y todavía no manifestado de creatividad y sustancia, y la experiencia presente puede ser tu mayor oportunidad de manifestarlo”.
Mi experiencia presente es un catalizador para el crecimiento. Me permite manifestar mi potencial. Los retos son un llamado a crecer espiritualmente. Todas las cosas son posibles gracias a Dios en mí. Pido, y estoy atento a las ideas divinas. Estoy totalmente receptivo a la guía del Espíritu y actúo según ella. Al cocrear con Dios, permito que la semilla de la creatividad crezca en mí. Mi potencial se expande y acojo las bendiciones de la vida.
Pues ustedes han vuelto a nacer, y esta vez no de padres humanos y mortales, sino de la palabra de Dios, que es viva y permanente.—1 Pedro 1:23