En diciembre 2012, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidosreconoció cuál es el objetivo de su país: el petróleo y el gas de México.
En su reporte, en el que aborda la reforma energética que en ese entonces ya avizoraba, indica: “Como vecino confiable, próximo y amistoso, las importaciones de petróleo de México apoyan la seguridad energética de los Estados Unidos”.
“Dada la falta de experiencia de Pemex en aguas profundas, el resultado más probable es que las compañías petroleras internacionales con licencias otorgadas por los Estados Unidos, operarían los desarrollos y utilizarían la infraestructura basada en el lado estadounidense de la frontera, que es más extenso que el de México en el área cercana a la operación. Sin embargo, los Estados Unidos no tienen interés de que México obtenga experiencia y pericia en la operación en aguas profundas, para mejorar la integridad de desarrollos potenciales de Pemex en aguas profundas que sean exclusivos del territorio mexicano”, reconoce.
Y expone que “tener a las compañías petroleras internacionales trabajando con Pemexpara aumentar la producción doméstica de México proveerá de oportunidades comerciales provechosas y, de manera importante, aumentar la confianza de queMéxico tendrá cantidades significativas de petróleo disponibles para exportar a los Estados Unidos”.
El documento precisa que México es un abastecedor confiable de petróleo para los Estados Unidos.
“La cuestión para los responsables de la políticas públicas de los Estados Unidos es qué volúmenes podrá exportar México en el futuro. La producción mexicana cayó más de una cuarta parte en la última década, dejando las refinerías estadounidenses de la costa del Golfo dirigidas a buscar petróleo pesado en otras partes. La producción de petróleo pesado venezolano también se colapsó.
“La producción de petróleo crudo pesado canadiense está aumentando en la región de arenas petroleras, pero la infraestructura de ductas es insuficiente. Por lo tanto, de hecho, los E. U. ha tenido que aumentar las importaciones de crudo del Medio Este para enfentar las reducciones en México, comprendiendo la trayectoria posible de la refoma en México es necesaria para planear de manera adecuada los volúmenes y tipos de crudo futuro que serán exportados a los Estados Unidos, lo que tendrá implicaciones más amplias sobre la seguridad y el desarrollo económico de los Estados Unidos. La reformas energéticas de México determinarán en qué medida México será parte de la futura seguridad energética de los los E. U., y de América del Norte”.
El documento elaborado por el comité estadounidense precisa que “la seguridad energética es un asunto vital para la política exterior y crecimiento económico de los Estados Unidos”.
En dicho texto, se reconocen sus preocupaciones: “Para decirlo de manera directa, sabemos que podemos confiar en México como socio comercial, pero no sabemos la cantidad o la calidad del petróleo que podemos esperar que pudiera exportar en los años próximos. Dadas las sensibilidades políticas domésticas sobre el petróleo dentro de México, la relación bilateral en este tema se ha visto afectada”.
En aquel momento, cuando apenas comenzaba el gobierno de Enrique Peña Nieto y ya había sido firmado el Pacto por México por el PRI, PAN y PRD, señaló: “El Presidente de México recientemente elegido, ha dado señales de su deseo de que trabajemos juntos en asuntos de energía, y el mayor partido político de oposición se adhiere a este llamado. Estoy urgiendo a mis colegas, y a la administración Obama, de agarrar esta oportunidad.Mi equipo identificó áreas específicas en gas en lutitas, mejoramiento de la seguridad, transparencia, y seguridad, que representan oportunidades para la ganancia bilateral en el corto plazo”.
Además, en el texto se defiende el Acuerdo Transfronterizo entre ambos países.
Apunta también que “los Estados Unidos tienen un profundo interés en la prosperidad y la estabilidad política en México, y la energía es fundacional para ambos interés. El petróleo es vital para el presupuesto federal mexicano, haciéndose cargo financiero tanto de programas sociales como de las cuestiones de la aplicación de la ley y el orden, y la industria petrolera es un aspecto importante de toda la actividad económica ampliamente considerada. Estabilidad y crecimiento, o su ausencia, en el el sector petrolero y de gas de México, puede impactar directamente sobre asuntos de interés bilateral.
“México es también importante para la seguridad energética de E. U, al proveer una fuente cercana y políticamente confiable de importación de petróleo. Recientemente, sobrepasado por Arabia Saudita, México ha sido la segunda mayor fuente de importación de petróleo para los Estados Unidos, siendo Canadá la mayor“.
“México necesita un portafolio diverso de proyectos petroleros futuros con capacidades de aumentos escalonados en el tiempo… Por lo tanto, la cuestión es qué es lo que Pemex puede lograr por sí mismo o en asociación con compañías internacionales”, sentencia.
“Nuestra nación dependerá de la importación de petróleo en las décadas por venir. Fortalecer el comercio con vecinos confiables y amistosos como Canadá y México haría una valiosa contribución a nuestro futuro”, explica en la introducción el Miembro de Alto Rango del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos de Norteamérica, Richard Lugar.
La comisión que elaboró el referido documento era encabezada por el entoncessenador John Kerry, hoy secretario de Estado de EU.