Las personas en mi vida me bendicen infinitamente. Cuando hago mi lista de gratitud, pienso en familiares, amigos, compañeros de trabajo y conocidos que me han influenciado positivamente. Mi corazón se abre lleno de agradecimiento y amor.
Recuerdo también a quienes han hecho su transición de esta vida y hago una pausa devota. Voy a mi interior y digo una oración de gratitud por ellos. Puede que me emocione y eche de menos la presencia de seres amados en mi vida. De ser así, digo una oración más profunda. Busco solaz y consuelo en la presencia moradora de Dios.
En la quietud de la oración, recuerdo que así como Dios cuida de mí, mis seres queridos también están siempre al cuidado divino.
Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones.—Filemón 1:4
Soy bendecido con nuevos discernimientos y soluciones creativas.
Marco una pauta positiva en el mundo al honrar quien soy. Expreso el amor divino a lo largo del día —en el trabajo que hago, en lo que escribo, en la manera como saludo a los demás y mediante mi cuidado y compasión. Cómo respondo al mundo refleja mi manera única de demostrar mi naturaleza crística.
Fomento mi desarrollo espiritual a través de mi conexión divina. Desisto de cualquier tribulación, preocupación o inquietud, y descanso en un momento de comunión silenciosa. Al vincularme con el Espíritu en mí, soy bendecido con soluciones creativas.
Me expreso como el canal libre de amor divino que soy. El Espíritu me guía a marcar una pauta positiva en el mundo.
Tenemos, pues, diferentes dones, según la gracia que nos es dada.—Romanos 12:6
Para experimentar paz y prosperidad más plenamente, mantengo el hábito de dejar ir aquellas pertenencias que ya no necesito o deseo. Al soltarlas, hago espacio para el nuevo bien que deseo disfrutar. Liberar hace que mi mundo sea más espacioso. Abre el camino para la libre circulación de la provisión infinita de Dios.
Dejar ir no tiene que ser doloroso. Soy libre para conservar aquellas cosas que son útiles, artísticas o de valor sentimental, y soltar aquello que ya ha cumplido su propósito. Donar, reciclar o vender posesiones que ya no necesito crea espacio en mi hogar.
Antes de comenzar, oro por guía divina. Luego, gozosamente pongo en acción el poder limpiador de dejar ir.
Porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.—Lucas 12:15