Una meditación por el monje budista Thich Nhăt Hahn dice: Al inhalar calmo mi cuerpo y mente. Al exhalar, sonrío. Meditaciones conscientes como ésta me centran y proveen consuelo ante cualquier temor que pueda percibir.
Si me siento desvinculado o abrumado por las experiencias de la vida, pongo en práctica esta meditación consciente. Comienzo permitiendo que mi mente libere pensamientos acerca del pasado o futuro. Inhalar y exhalar se convierten en puntos focales que me llevan de una experiencia externa a una interna. Al decir mentalmente la afirmación de hoy, mantengo mi conciencia en el Espíritu y suscito la paz de Dios en mí. Inhalo consuelo y exhalo amor.
Que nuestro Señor Jesucristo mismo, y nuestro Dios y Padre … les infunda ánimo en el corazón.—2 Tesalonicenses 2:16-17