Guía
Calladamente me acoplo con la sabiduría de Dios y recibo guía divina.
Todo el día, dondequiera que vaya, lo que quiera que haga, me uno a la sabiduría de Dios. Si tengo que tomar una decisión importante o estoy confundido acerca de cuál acción tomar, encuentro la respuesta gracias a la oración.
Afirmo que la luz divina resplandece en mí y por medio de mí ahora, mostrándome qué hacer y cómo hacerlo. Luego practico el arte de escuchar en el silencio, lo cual me ofrece nueva comprensión espiritual. El Espíritu trascendente y morador me eleva y aclara todos los caminos de mi vida, satisface todas las necesidades, me ayuda con todas las decisiones y responde todas las preguntas.
Acepto y sigo gozosamente la guía espiritual que recibo y mi vida se establece en paz, amor y armonía.
Cuando se toque trompeta, escuchad.—Isaías 18:3
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