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Dios no descansa, Él siempre está pendiente de nosotros, y no permitirá que resbalemos.
Salmos 121:3-4 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel.
Vvs. 3, 4. No dará tu pie…(Cf. al Salmo 38:16 “Dije: No se alegren de mí; Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí” el 66:9 “El es quien preservó la vida a nuestra alma, Y no permitió que nuestros pies resbalasen).
El Señor no permitirá que nuestro pie resbale. “He aquí, no se adormecerá…Dios está pendiente de sus hijos.
Él es un guardián vigilante que nunca se cansa, siempre está vigilante; que no sólo no duerme, sino que siempre está atento, de día y de noche, cuidándonos.
III. Él siempre nos guarda
Salmo 121:5 “Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha”
V5. A tu mano derecha—el puesto de protector (109:31 “Porque él se pondrá a la diestra del pobre, Para librar su alma de los que le juzgan”; 110:5 “El Señor está a tu diestra; Quebrantará a los reyes en el día de su ira”).
Bajo su sombra se puede sentar con placer y seguridad. Él siempre está cerca de su pueblo para su protección y refresco.
IV. Y siempre nos guardará
Salmos 121:6-8 “El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada. Desde ahora y para siempre.”
Es de suma importancia poder estar confiados sabiendo que Él guardará nuestra entrada y nuestra salida, al igual que guarda nuestra alma.
No importa cuánto nos fatiguemos bajo el sol y el trabajo y el frío de la noche, el Señor siempre nos guardará. Él cuidará de que su pueblo no caiga. Que no sea herido, ni por las agresiones abiertas, ni por los intentos secretos de tus enemigos. El Señor impedirá el mal que temes; sí, y te santificará y quitará y aliviará el mal que temes. Él preservará el alma, para que no sea contaminado por el pecado, y perturbado por la aflicción; él te conservará de perecer eternamente. Él te va a sostener en la vida y la muerte; te acompañará a tu trabajo todas las mañanas de tus días, y te acompañará cuando vuelvas a casa a tu reposo, cuando caiga la noche de la vejez te llamará. Es una protección de por vida. El Espíritu, que es su Preservador y Consolador, morará con ellos para siempre. Dejémonos encontrar en nuestro trabajo, asegurándonos que las bendiciones en este salmo son nuestras.
I. Debemos de depender de Dios, como buscarlo en alabanza
Salmos 121:1-2 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
Pongámonos a meditar, cerremos los ojos y pensemos: ¿Realmente cómo saldré de donde estoy, quién me socorrerá? Pero hagámoslo en alabanza. En muchas iglesias actuales, los jóvenes cantan cualquier clase de música, música estridente que no edifica. Pero pensemos en el Antiguo Testamento estos salmos eran alabanzas, cuando el salmista escribió este salmo lo hizo para alabar a Dios.
V. 1. Alzaré mis ojos—expresa el deseo mezclado con la expectativa. de donde vendrá—puede leerse como pregunta, y la contestación sigue, v. 2, al decir que es Dios quien socorre, de cuyo poder se desprende su potencia creadora, juntamente con su incansable vigilancia.
Este salmo nos enseña:
- Que debemos de depender de Dios como un Dios de poder, un Dios que es suficiente para nosotros. David lo creyó y al hacerlo encontró el beneficio de ello.
- A no depender de los hombres y sus medios, que son carne como nosotros, sino a levantar nuestros ojos a lo alto, a los montes, a las alturas del firmamento, buscando el rostro de Dios. Debemos de estar tan conscientes de esto que se lo diremos a Dios de día y de noche y por medio de alabanza.
- Que no debemos de depender de las fuerzas de las montañas, ni de príncipes y grandes hombres. No nuestra confianza debe de estar en Dios únicamente.
- Que debemos levantar nuestros ojos hacia las montañas; debemos buscar a Dios quien ha hecho todas las cosas terrenales para nosotros.
Promesas – Descansa Confiado Puedes descansar confiado, porque Dios esta contigo.
Salmo 4:8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Mateo 11: 28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Proverbios 6:10 Un poco de dormir, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar, Salmos 3:5 Yo me acosté y me dormí; desperté, pues el SEÑOR me sostiene.
Proverbios 3:24 Cuando te acuestes no tendrás temor, sí, te acostarás y será dulce tu sueño.
Job 11:19 Descansarás y nadie te atemorizará, y muchos procurarán tu favor.
Salmos 112:8 Su corazón está seguro, no temerá, hasta que vea vencidos a sus adversarios.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4.13
Sal 150:1 Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. 2 Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. 3 Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. 4 Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. 5 Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. 6 Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya
1Co 1:9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. 10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
1 Jn 3:15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Hab 2:2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. 3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. 4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
Isa 40:10 He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.
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