Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición durante la Gran hambruna irlandesa.
Fueron ellos quienes difundieron la costumbre de tallar los "Jack-o'-lantern" (calabaza hueca con una vela dentro)
inspirada en la leyenda de "Jack el Tacaño" .
Sin embargo, la fiesta no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921.
Ese año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados.
La fiesta adquirió una progresiva popularidad en las siguientes décadas.
La internacionalización del Halloween se produjo a finales de los años 70 y principios de los 80 gracias al cine
y a las series de televisión.
En 1978, se estrenaba en EEUU y en el mundo entero La Noche de Halloween, de John Carpenter;
una película ambientada en la víspera de Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror de serie B;
con innumerables secuelas e imitaciones
Hoy en día Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense.
Los países latinoamericanos, aunque conocen la festividad de Halloween,
tienen sus propias festividades y tradiciones ese mismo día aunque coinciden
en cuanto a su significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos.
En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar
el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween —celebrándolo con fiestas y disfraces.
Aunque en algunos lugares, como Inglaterra, la fiesta original ha arraigado de nuevo.
El hecho de que esta fiesta haya llegado
hasta nuestros días es, en cierta medida,
gracias al enorme despliegue comercial
y la publicidad engendrada en el cine estadounidense.
La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios,
pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio,
ha quedado grabada en la mente de muchas personas.