Ven píntame con un beso un horizonte cercano
y moja con mi saliva los ríos de tu añoranza,
ciérrame los dos ojos rozándome con tu mano
y tu otra mano en mi pecho para sentir mi esperanza.
Y tómame simplemente como se toma un suspiro
quiero sentirme un instante vagar en tu pertenencia,
enrédame en lo profundo para beberme tu esencia
y tómame nuevamente... en algún nuevo respiro...
Reclámame por las noches que lejos hemos estado,
enfócame en tus pupilas cuando la fe te sea poca,
célame dulcemente de aquello que no ha pasado...
que tengo miles de besos para taparte la boca.
Y júrame entre gemidos por el amor afinados
cuando cantemos desnudos las más elevadas notas
que aquel infinito instante de clímax que se desboca
es una promesa loca de que estarás a mi lado.