Escribo...
cuando siento tocar en la piel
el suave calor del sol,
leve caricia dada,
y las fibras se entibian clamando
esa huella por siempre dejar.
Escribo...
cuando descubro la ausencia
de aquella mirada color cielo,
tenue pincelada,
que intenta grabar en la retina
esa estampa y eterna quedar.
Escribo...
cuando el silencio inunda
la tranquilidad del oído,
mudo grito,
desmayando allí alguna voz
anhelando ya establecerse.
Escribo...
cuando nace un pensamiento
desde lo profundo del alma,
lánguida palabra,
que asi girando y girando
se intenta estacionar.
Escribo...
cuando llega tal ansiedad
desde los latidos del corazón,
liviano ritmo,
como pequeños estremecimientos
pugnando alli permanecer.
Escribo...
cuando la ilusión impregna
cada partícula del cuerpo,
sútil despertar,
entusiasmándolo con alegrías
que revolucionan y contagian.
Escribo...
cuando el amor ya llega
ante dos presencias frescas,
dóciles corazones,
envolviendo y encendiendo todo
con pasión en cada suspiro.
Te escribo...