Si pudiera tenerte en mis brazo cuando mi nostalgia crece,
si pudiera reflejarme en el brillo de tus ojos cuando mi tarde es gris,
si pudiera sentir la calidez de tú mano cuando me siento sola.
No habría Frió en mi alma, mi corazón sentiría latidos de esperanza y mi ser sentiría el goce de tú compañía.
Aveces en mi más profundos pensamientos vienes a mi recuerdos
esos benditos recuerdos que me hacen sonreír en mi soledad.
Suelo buscarte en la obscuridad de la noche, suelo aferrarme al tiempo en que compartimos alegrías, tristezas, sueños, locuras y anhelos.
Y en mis más locos anhelos espero el día en que pueda ver mi reflejo en el tierno brillar de tú mirada y escuchar la dulce melodía de tú sonrisa.
En mis días lluviosos suelo mirar al cielo buscando un espacio entre las nubes para que no me impida ver el hermoso brillar del sol, ese bello fulgor que me recuerda tu mirar.
Cada día, cada tarde, cada noche
mi corazón no olvida pronunciar tú nombre, tampoco olvida que en cada latido va acompañado de un Te quiero para el ser mas hermoso.
Día tras día, espero con mucha ilusión el verte llegar, acariciar tú rostro, sentir el calor de tus manos junto a las mías y darte ese abrazo que ansia mi alma y mi ser.
Cuando la inquietud por no saber de ti, elevo al creador una pequeña oración y con humildad le pido que mande una señal que aquiete mi corazón.
De pronto apareces tú con una sonrisa que alegra mi día, que me hace sentir única y especial que me hace sentir que es recíproco el sentir.
Autoria: Brisa Medina