En el nombre del cielo,
os pido posada...
Hasta que llegan a la casa en que se va a dar el festín y los aceptan, empezando las piñatas, comida, musica, juegos etc.
En cualquier lugar a donde vas hay una y por tradición le toca una a cada integrante de una familia.
El origen de las posadas parece hallarse en el convento de San Agustín de Acolman, en donde los monjes agustinos aprovechaban la coincidencia de las fechas cristianas y las de los ritos de los aztecas, quienes festejaban el nacimiento de su máxima deidad, el dios Huitzilopochtli.