¡Olvidar... no puedo! He intentado en vano olvidar tu imagen, que como un tatuaje se insertó en mi alma. Y mi pecho herido no encuentra la calma en nuevas auroras de vientos y aguas. Sentir cada día como ya vivido en incontestables silencios vacíos, ¡no esperar ya nada...! ¡silenciar latidos...! que van repitiendo tu nombre y el mío... Vivir en la idea de lo que he vivido, ¡que es sentirse muerto... pero estando vivo...! sin un cuerpo inerte, sin sentir el frío, sin que la memoria se vuelva al olvido.
Pronunciar al aire miles de palabras que aunque son profundas, pierden el sentido,
y extender las manos buscando en ceguera la imagen
perfecta de lo que antes era. comprendiendo entonces: que se está muy solo,
que se está muy triste, ¡que nada se espera...! Me empeño y esfuerzo en no recordarte. ¡Y no lo consigo...! No pueden los días, ni el tiempo, ni amores, volverte en Olvido. Me siento tan sólo, como no imaginas, que en cada momento, y en cada segundo, en vano procuro recrear momentos que son como espinas...
Siento que agonizo...que me estoy muriendo, ¡Que te necesito...!!! Que quiero llamarte y me ahoga el grito. De tanto silencio, De tanto martirio... Y quiero arrancarte...¡Pero No Te Olvido...!
Escudriño entonces rincones del alma procurando instantes... buscando en secreto aquellos momentos de paz y de calma. Luego, de repente, sobreviene el miedo; veo que no existen, que todo es un sueño, y quedo en silencio mirando la nada absorto en la angustia de tantos recuerdos... Se me acaba el tiempo... Termina la vida... Y te sigo amando como el primer día... He buscado en otras encontrar la calma y han sido mentiras... Por eso en mis noches a mi Dios le pido que pese estar muerto por lo que he vivido, m e ayude a que Nunca: ¡LO NUESTRO SEA OLVIDO
Audroc-
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