Un día vi unos ojos
que me miraron tan profundamente
que por unos instantes me perdí.
Un día escuché una voz y una risa
que me hicieron soñar.
Un día conocí un lugar mágico,
ancestral, un lugar que embruja.
Un día vi el alma de un hombre
pura como el agua,
pero juguetona como el viento.
Un día sentí unos labios pequeños,
tan pequeños que se perdían en los míos.
Un día quisiera que esos ojos
me vuelvan a mirar para perderme otra vez.
Un día quisiera soñar con la música
que salga de su voz y su risa.
Un día quisiera dejarme embrujar
nuevamente por el misticismo de ese lugar.
Un día quisiera ver su alma pura
y jugar con ella y con el viento.
El día en que yo vuelva a ver esos labios...
No sé qué pasaría.