Al comenzar la noche
con ímpetu y desvelo
inevitablemente
regresarás conmigo
yo subiré a la cumbre
de tus besos de ensueño
tus manos fuertemente
rasgarán mi vestido.
Con imperdible acierto
nos iremos al lecho
y allí nos moldearemos
como metal fundido
no importarán costumbres,
ni prejuicios, ni miedo,
seremos dos amantes
que el tiempo no ha vencido.
Luego muy suavemente
me peinarán tus dedos
mi cuerpo quedará
por tu boca humedecido
será poca la noche
para este largo sueño
y será un sueño corto
para quien no ha dormido.
Mas abriré mis ojos
rebuscando tu aliento
al final de la noche
cuando haya amanecido
sentiré que tu espacio
se encuentra ya desierto
y el golpe de una puerta
dirá que te habrás ido.
Autor: Jenny Durán