Libre es el sabio que no siente pena, ni frustración ni tan sólo decepción por un acto fracasado. Libre es el sabio que se admira a sí mismo como único ser, que confía en su alma y el que con cordura no se deja derrumbar por el exterior. Libre es el sabio que piensa en la felicidad como algo innato y cuyo antagonista no existe ni existirá jamás en su interior.
Libre es el sabio que no lucha, el que sólo fluye, el que sólo interviene en su propio camino con voluntad y sin gasto excesivo de energía vital. Libre es el sabio que deja de ser aberrado, que actúa con razón y vive con devoción.
Libre es el sabio que vive en conformidad con la naturaleza y que no se revela contra el propio destino, que recuerda el pasado sin afección, disfruta el presente sin pretensión y piensa en el futuro con ilusión.