En el oscuro abismo de su alma rumiaba su tristeza un hombre solo, sangrando su corazón por las heridas buscaba en el silencio algo de calma...
Mas pensando en voz alta sus pesares gritaba sin salir su voz urgente, y los gritos desgarrados del silencio se perdían en el fondo de su mente.
Y negabase a sí mismo su existencia y lloraba por amor que no tenia, mas buscaba la muerte con anhelo al creer que solo eso merecía...
Y clamando con sus manos hacia el cielo con sus ojos buscando el infinito... le pedía al ser supremo que allí habita, por favor que termine su tormento... y gritaba cada noche, cada día, sus deseos de morir en el momento...
Mas de pronto el señor con voz de trueno enojado de escuchar tantos lamentos, le quito la voz por un momento y le dio la luz a sus sentidos...
Y vio el hombre a una mujer que sufría mas que él en sus tristezas, que a pesar de sus penas y amarguras en su cara reflejaba su grandeza...
Y pudo conocer también su alma, su pensar, su valentía, sus arrojos... y olvidó aquel hombre sus tormentos con tan solo mirar aquellos ojos.
¡¡No podía creer tanta ternura!!
... Estiraba sus manos por tocarla mas de pronto se dio cuenta que la amaba, que tendría que luchar por alcanzarla...
El milagro sucedió en un momento y la luz como un fulgor entró en sus ojos, cuando de repente la vio aparecer, y su risa apareció como un torrente, el que nadie podía detener...
Y gritaba al mundo su alegría hablando de su amor y entereza, construyendo mil castillos con sus sueños... Donde viva eternamente su princesa. Ya no encuentra las palabras para amarla ni un espacio donde hoy su amor estanca... Solo sabe que esa mujer de otros tiempos de la cual huyó con desesperanza...