Hoy te pienso, te imagino, como un dulce licor, saboreándose en mi boca, dejandolo pasar directo a mi sistema, quemandome la garganta, enriqueciéndome el alma. Te alojas donde nadie te ve, donde solo yo se, donde tu no lo sabes. Gusto amargo y adicto, el que mantiene mi mundo débil, presa de la libertad, dudando de volver a amar. No me odies por lo que siento, yo debo vivir con esto, guerra en la que debo ganar, dejando de amar, y volver a empezar.