Amados ensueños que viven conmigo no quieren que ahora deba despertar y este viento insomne que de mí es amigo lejanas historias me quiere contar.
Ya es tarde, anochece, el alba dormida negó su destino al crepuscular y ardiente la luna yace conmovida al ver que mis cielos la noche darán.
De pie ya las almas que cubren los mitos son como leyendas que alguien escribió y el ave dormida no sintió ese grito dando vida a sueños que nadie escuchó.
Las flores benditas duermen el otoño que las primaveras hicieron crecer mientras nacen brotes de algunos retoños que indican que hay vida junto a un gran querer.