Una vida pasada . . . una niña, un sendero y una flor
Es un espíritu solitario que en esta vida comparte su ser, tuvo amores presentes que fueron amores de vidas pasadas, a algunos de ellos no los sabe comprender en el hoy como en el ayer. Sus clases de vida en este presente son conocer matices de amor, él vino a aprender . . . porque en el pasado su vida fue la guerra, y es su destino buscar a la niña que en un sendero le tiró una flor.-
Vivía sabiendo que en cada mañana su única estrella era la pelea, era un guerrero que solamente sabía, día tras día usar su espada, con esa fiereza que es honor, es gloria, es solamente sangre derramada. Y en cada atardecer al llegar la luna el guerrero solamente esperaba, el nuevo día . . . que se hiciera con el sol o la lluvia, o la ventisca nevada, haciéndole soñar que su vida era siempre la batalla de cada mañana.-
Pero había una niña que simplemente soñaba al ver al guerrero pasar, sentía a aquel hombre que mostraba la huella de mil batallas en cicatrices, él supo de ella sin mirarla jamás, pero su espíritu sentía su mirada al cabalgar. La única caricia que sabía aceptar era e arma del enemigo, que lo hacía comprender la vida . . . la única que sabía respetar, no descubrió otro sentimiento que no fuera guerrear y guerrear.-
Al pasar un día por el camino que lo llevaba a otra lucha sin luz ni sombra, la misma niña una flor tiró al acompañar con una mirada al guerrero y un adiós, y de esa batalla por vez primera aquel hombre guiso volver a la puesta de sol. Sintió miedo a la muerte y luchó por su vida y le inventó un pedido a un Dios, que si volvía . . . al terminar la batalla quería ver a la niña que le tiró la flor, el tiempo pasó y el sol se ocultó al llegar las sombras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . la niña en el sendero esperó y esperó.-
a/d
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