Orden divino
Pongo a Dios primero y el orden se establece en mi vida.
Para establecer orden en mi vida, pongo primero a lo primero. Al despertar, acudo a Dios. Un momento de agradecimiento, silencio y oración comienza mi día de la manera correcta. Mi unidad con Dios establece el orden y el éxito en el día ante mí.
Si surgen dificultades, recuerdo dirigirme primeramente a Dios. Mi creador es la respuesta a todo lo que pueda necesitar. Recuerdo el consejo de Jesús: “Buscad primeramente el reino ... y todas estas cosas os serán añadidas”.
Luego, al recibir el bien deseado, también me dirijo a Dios primero. Un “¡gracias, Dios!” resuena en mi corazón. El Espíritu divino es el poder que dirige mi vida. Al confiar y entregar mi vida a Dios, todo está bien.
A Jehová he puesto siempre delante de mí.—Salmo 16:8