Con sólo pensarte siento ganas de amarte estrechando tus pechos junto a mi lecho, sintiendo el fervor y el aliento de tu boca que disuelve los cantos de estos labios, de este fulgor atiborrado de un te quiero.
Quiero la fragancia de tu acanelada piel entretejiendo esta desposeída existencia hasta ser cubierto por tus dulces tactos, donde la flor encuentre aquella ternura para ser cubierta con labios de dulzura.
Me haces sobrevolar los mares en calma con aquel sentir que sacude el corazón, en donde los sentimientos son alcanzados con la firmeza de tu encantadora destreza, haciendo derrumbar mi alma hasta tus pies.
Únicamente tú haces cambiar coloraciones en el cual son alteradas nuestras emociones, surgiendo aquel tan bellísimo ensombrecer en el que es trasportado todo nuestro querer colmándonos de un tierno y cálido amanecer.