Pasar por debajo de una escalera, suele considerarse de mala suerte, aunque hay que admitir que no es conveniente debido a que algo podría caer de la misma. (Una lata de pintura, una herramienta).
Esta creencia tiene un antiguo origen. Una escalera abierta, o apoyada en una pared, forma un triángulo. Esta figura es considerada desde hace mucho tiempo y por muchas sociedades como una trinidad de dioses. Pasar por debajo, implicaba desafiar un espacio santificado.
Para los egipcios, la escalera en sí era un símbolo de buena suerte. Fue una escalera la que permitió al dios solar Osiris escapar del cautiverio al que le tenía sometido el espíritu de la oscuridad. La escalera era también uno de los signos pictóricos favoritos para ilustrar el ascenso de los dioses, y en las tumbas de los reyes egipcios se colocaban escaleras para ayudarles a trepar hacia el cielo.
Siglos más tarde, algunos seguidores de Jesucristo se adhirieron también a la superstición de la escalera, interpretándola a la luz de la muerte de Cristo. Puesto que se había apoyado una escalera en el crucifijo, ese elemento se convirtió en símbolo de maldad, traición y muerte. Pasar por debajo de una escalera llamaba al infortunio.
También se dice que la superstición de la escalera estuvo asociada con la horca. Un método de colgar al reo consistía en arrojarle desde una escalera para que cayera bajo ésta y quedara suspendido de la soga.