EU GOSTO DE VOCê
Artur era um menino mirradinho e feio, tinha 08 anos e aparentava 06. Socialmente, um desastre! Artur era um problema na escola especializada em excepcionais. Inquieto, violento, era o tormento dos menores, permanente preocupação para professores. Embutido em si mesmo, não se comunicava... Só agredia, habilidoso na arte de desferir pontapés. Ana Rosa, inteligente orientadora pedagógica da instituição, procurou-o.
- Oi! Tudo bem?
O menino fitou-a, impassível. A jovem tocou-o de leve, ensaiando um carinho. Ele se colocou na defensiva, armando o pé para o golpe certeiro.
- Ele então falou ameaçador como fazia sempre que alguém tentava contato:
- Não gosto de você!
- Pois eu gosto muito de você! - Respondeu ela sorridente.
Surpreso, Artur afastou-se a correr. Ana Rosa então pegou seu prontuário e estudou. Visitou sua casa. Consultou a vizinhança e descobriu que ele era filho de mãe solteira, que o abandonara recém-nascido. Quem cuidava dele era uma velha tia, alcoólatra, que, quando embriagada, divertia-se surrando-o. O garoto nunca conhecera ternura, solicitude, atenção...
Ana Rosa compadeceu-se. Dispôs-se a ajudá-lo. O primeiro passo era ganhar-lhe a confiança. Sobrepondo-se à sua insociabilidade, repetia sempre:
- Eu gosto de você!
Agora o "Eu gosto de você" tornou-se refrão. Onde se encontravam, ela dizia a saudação infalível:
- Oi Artur!... Não se esqueça: Eu gosto de você!...
O gelo começou a dissolver-se. Para surpresa geral, o menino permitiu uma aproximação. Brincavam juntos. Aos poucos ela ganhou acesso ao seu mundo íntimo, repleto de temores e angústias, sombras que afastava, uma a uma, com a luz infalível:
- Eu gosto de você!
Artur começou a modificar-se. Tornou-se comunicativo, aprendeu a sorrir... Já era capaz de conviver com outras crianças, sem atritos e veio a surpresa feliz: Revelou dotes promissores de inteligência e sensibilidade. Longe da excepcionalidade, era apenas um menino amedrontado que se escondia num mundo de fantasia resguardado pela agressividade.
Meses mais tarde habilitou-se a ingressar numa escola para crianças de nível mental mais desenvolvido. Abraçando-o, Ana Rosa despediu-se dizendo-lhe ternamente:
- Eu o verei sempre, Artur. E não se esqueça: Eu gosto de você!
Emocionado, aquele espírito que despertara para vida graças a alguém capaz de amar incondicionalmente, respondeu, voz entrecortada de lágrimas:
- Eu também gosto muito, muito mesmo, de você.
Minuto Poético
Bom dia, boa tarde e boa noite!
Que seu fim de semana seja de muitas alegrias e em paz com saude!
Beijos 1000!
TE GUSTA
Arthur era un niño mirradinho y feo, había aparecido 06 y 08 años. Socialmente, un desastre! Arthur era un problema en la escuela que se especializa en casos excepcionales. Agitado, violento, era el tormento de los más pequeños, preocupación constante para los maestros. Construido en sí mismo, no se comunicaba ... Sólo abusó de ella, un experto en el arte de la entrega de las patadas. Ana Rosa, inteligente rector de la institución educativa, se le acercó.
- ¡Hola! ¿De acuerdo?
El niño la miró sin inmutarse. La muchacha le tocó ligeramente, ensayando un amor. Se puso de pie a la defensiva, poner un pie para dar el golpe mortal.
- A continuación, habló amenazar como lo hizo cuando alguien trató de ponerse en contacto con:
- Yo no te gusta!
- Porque me gustas mucho! - Ella me respondió sonriendo.
Sorprendido, Arthur se volvió a correr. Ana Rosa a continuación, tomó a sus registros médicos y de estudio. Él visitó a su casa. Consultado el barrio y descubrió que él era el hijo de madre soltera que había abandonado recién nacido. ¿Quién cuidó de él fue una tía vieja, un alcohólico, que, cuando estaba borracho, le gustaba pegarle. El niño nunca había conocido la ternura, el cuidado, la atención ...
Ana Rosa tuvo piedad. Estaba dispuesto a ayudar. El primer paso fue ganar su confianza. La superposición de su intransigencia, siempre se repiten:
- ¡Me gustas!
Ahora, el "I Like You" se convirtió en el estribillo. ¿Dónde estaban, dijo el infalible saludo:
- Hola Arturo ...! No se olvide: me caes bien ...!
El hielo ha comenzado a disolverse. Para sorpresa de todos, el niño permitido cerca. Ellos jugaron juntos. Poco a poco se ganó el acceso a su mundo interior, lleno de miedos y ansiedades, las sombras de distancia, uno por uno, con la infalible luz:
- ¡Me gustas!
Arthur comenzó a cambiar. Se convirtió en comunicativo, aprendió a sonreír ... Fue capaz de socializar con otros niños, llegó a una sorpresa suave y feliz: Ella reveló dones prometedoras de la inteligencia y la sensibilidad. Lejos de ser excepcional, que era sólo un muchacho asustado que se escondió en un mundo de fantasía protegido por la agresividad.
Meses más tarde le permitió entrar en una escuela para niños en el nivel más desarrollado mental. Abrazando ella, Ana Rosa se despedía de él con ternura:
- Siempre que ves, Arturo. Y no se olvide: ¡Me gustas!
Emocionado, el espíritu que despierta a la vida gracias a una persona capaz de amar incondicionalmente, él contestó, con voz ahogada por las lágrimas:
- También me gusta mucho, mucho de ustedes.
Minuto poética
Buenos días, buenas tardes y buenas noches!
Que tu fin de semana de ser un montón de alegría y en paz con la salud!
1000 besos!
Fondo Por Lilith_RJ