Escuchando del viento el dulce susurrar y el ruido de las hojas que música parece en mi ventana de la lluvia su golpear mientras el día en la noche languidece.
Las luces a lo lejos un jardín parece de flores encantadas que en la noche sueña y en mi alma la ilusión se desvanece bajo el hechizo de esta noche abrileña.
La mente caprichosa recordar se empeña y vaga por los viejos recodos del ayer... la nostalgia del ambiente se hace dueña y envuelve mis sentidos y mi ser.
Quizás porque el triste anochecer de mi vida llega ya con firme paso... y en este devanar de cosas puedo ver como voy avanzando hacia mi OCASO.
Ahora que recuerdo mis triunfos y fracasos cuando le digo adios a mi hermosa primavera aquellos dulces tiempos cuando mi vida era un florecer de idilio a cada paso.
Hoy al contemplar ya vacío el vaso, testigo de inquietudes nocturnales... fugitivo que fuí de fieles brazos por locas aventuras vacanales.
Hoy al recordar aquellos vendabales que las alas del tiempo se han llevado... ¡cuantas novias llorando en los portales! cuantos besos de amores olvidados.
A mi cerebro turbio...enajenado las memorias acuden a torrentes... es un presente que vive del pasado y es un pasado que vive en el presente.
Y ansioso de olvidar consigo solamente hundirme mucho más en mis ayeres... ¡OH DIOS...como poder serle indiferente a un pasado que me acusa y que me hiere!!.
Ya no son brillantes mis amaneceres el sol opaco...como ayer no brilla... mi barca sola y olvidada muere abatida por las olas en la orilla.
Mi otro YO ante el ayer se humilla y confieso ante Dios insimismado sin embargo postrarme de rodillas... yo se que no limpia mis pecados.
Y ansioso busco en el ayer tapiado un oásis de paz para mi vida triste... pero soy como un reo...encarcelado por robar un tesoro que ¡no existe!.