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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 02/09/2016 15:45 |
Mi fe perdurable es la base de mi vida.
El mundo ofrece imágenes cambiantes de fama y fortuna. Mas mi base es la naturaleza eterna del Espíritu en mí. Aunque las condiciones a mi alrededor varíen entre caóticas y emocionantes, yo mantengo mi atención enfocada en la sabiduría, el amor y la paz de Dios. La fe es la base de mi vida.
En vez de ser influenciado por condiciones externas, afirmo en silencio: Yo soy sabiduría; yo soy amor; yo soy paz. Esta confianza es mucho más que actuar de manera sabia, amorosa o pacífica sólo en un momento dado.
Soy la esencia misma de Dios y alineo mi pensamiento con esta realidad. Sobre la base firme de la Verdad, miro hacia el futuro con visión espiritual, sabiendo que mi fe me apoya a lo largo del camino.
Y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca.—Mateo 7:25 | | | |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 03/09/2016 18:04 |
Yo soy uno con la vida perfecta —el Cristo en mí.
Cuando llego a la cima de una montaña, un nuevo paisaje surge ante mí. Gracias a esta nueva perspectiva, veo más allá de lo que había observado antes, lo cual me ayuda a elegir distintas rutas y a andar por diversos terrenos.
En mi viaje espiritual permanezco receptivo a lo nuevo. Un libro o una comprensión recibida en oración puede proporcionarme una perspectiva diferente. A un nivel profundo, reconozco mi salud, lo que valgo y mi potencial. Aprecio la Vida perfecta del Cristo en mí. Permanecer consciente de mi ser crístico da claridad a todo lo que hago y a todo lo que soy.
Soy facultado y guiado hacia aquello que fomenta mis relaciones personales, mi prosperidad y mi salud. ¡Mi vida es renovada!
Ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían.—Colosenses 3:10 | | | | |
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De: Alicia |
Enviado: 03/09/2016 23:21 |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 04/09/2016 16:13 |
Pongo mi fe en Dios, ¡y espero lo mejor!
Tener fe es mantener una expectativa gozosa. Al poner mi fe en Dios, espero y acepto resultados positivos. Cuando oro para tener éxito con mis metas, recibo dirección clara. Si oro por curación, espero ser sanado. Al orar por un ser querido, pongo mi fe en que la presencia y actividad de Dios obran en ellos para manifestar su mayor bien.
Dejo ir los pensamientos negativos, las preocupaciones y los temores, ya que indican que mi atención se ha desviado de Dios. Redirijo mis expectativas visualizando resultados positivos. El crecer espiritualmente requiere práctica continua —es un viaje que dura toda la vida. Así que avanzo con fe, manteniendo mi mente y corazón en Dios, seguro de que Su amor obra en mí y por medio de mí.
Manténganse atentos y firmes en la fe; sean fuertes y valientes.—1 Corintios 16:13 | | | |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 12/09/2016 15:11 |
Bendigo a los niños en mis oraciones.
Los niños son regalos valiosos de Dios. Al pensar en los niños en mi vida y en los niños alrededor del mundo, tomo un momento para ponerlos amorosamente al cuidado de Dios y afirmar seguridad, sabiduría, salud, paz y gozo con la siguiente bendición:
“Te entrego al cuidado y guarda de Dios; la presencia de Dios te ampara y protege, la sabiduría de Dios te guía y dirige, la vida de Dios te sostiene y sana, la comprensión de Dios inspira a quienes te enseñan. Bendigo a cada persona en tu vida, sabiendo que la sabiduría y el amor divinos los motivan a ser buenos ejemplos guiando sus pensamientos, palabras y acciones. Sigue adelante y experimenta la bondad infinita de Dios con amor, gozo y fe”.
Ante mis ojos tú eres grandemente estimado y digno de honra. Yo te amo.—Isaías 43:4 | | | |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 27/09/2016 14:23 |
Cuando perdono a otra persona, me convierto en el amor de Dios en acción.
Una de las maneras más poderosas de demostrar el amor de Dios es mediante el perdón. Cuando perdono a otra persona, me convierto en el amor de Dios en acción. Aferrarme al resentimiento agota mi energía, así que no lo hago ni siquiera por un instante. Perdono rápida y diariamente. Lo interesante es que mientras más dispuesto esté a perdonar, menos necesito hacerlo. Veo a los demás en la luz de la aceptación y comprensión.
Sé que han existido momentos en los que he cometido errores. En vez de morar en el arrepentimiento, hago las paces según pueda. Luego, elijo conscientemente perdonarme a mí mismo de la misma manera que perdono a los demás. Me siento más ligero y más de acuerdo con mi propósito. Eso es gracias al poder del amor de Dios, obrando por medio de mí, como perdón.
Tampoco yo te condeno.—Juan 8:11 | | | |
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