Doy gracias más allá de toda medida porque sé que mi esencia divina es de Dios. Con respeto y amor por mí mismo, me perdono por cualquier error del pasado y abro el camino para avanzar plenamente y con libertad. Yo soy un ser espiritual experimentando las lecciones de la vida que me ayudan a crecer a nivel del alma.
Puede que a veces me sienta completamente en el fluir de la gracia y otras como si escalara montañas que ponen a prueba mi fortaleza. En todas estas experiencias me paro firme sabiendo que el Espíritu en mí es mi ayuda infalible. Con cada oración respondida y con cada nueva comprensión, crezco espiritualmente y reafirmo el ser libre e ilimitado que yo soy.
Manténganse, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud.—Gálatas 5:1