Si me pierdo cuando estoy de viaje, busco señales que me ayuden a encontrar mi camino. De la misma manera, cuando no estoy seguro de que ando por donde he de andar en la vida, busco señales que me ayuden.
Puedo encontrar ayuda de maestros y libros o asistiendo a cursos y talleres. Más allá de la introspección y la educación existe un saber profundo. Me alineo con la actividad del Espíritu al orar y prestar atención a mi sabiduría interna.
Estoy atento a las coincidencias y a mi intuición, corazonadas e impresiones. En momentos de contemplación callada, puedo discernir lo que estos indicios me quieren comunicar. Prosigo sosegadamente desde un lugar de conocimiento interno y fe.