Al buscar el bien en nosotros y expresarlo, cambiamos el mundo.
Día de Oración Mundial
El espíritu divino me envuelve y llena mi mente y corazón de Su amorosa presencia. Dios se expresa en cada aspecto de mi ser, transformando mis pensamientos, inspirando mis palabras y guiando mis acciones.
Acudo a mi interior para honrar esta presencia divina. Oro para que se me muestre cómo amar más, cómo dar más, cómo ser más. Al orar, soy guiado a hacer algo positivo en las vidas de los demás. Contribuyo al bien de todos con acciones afables y compasivas. Doy de mí mismo generosamente.
Cuando busco el bien en mí me conecto con mi Fuente y puedo servir a Dios y a mis congéneres más plenamente.
“Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos y generosos. De este modo atesorarán para sí buen fundamento para el futuro, y alcanzarán la vida eterna.”—1 Timoteo 6:18, 19