Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

MUCHAS COSAS PARA TI
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 
 
  Herramientas
 
General: EL VIOLÌN DE YANKO
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: OSCARJ  (Mensaje original) Enviado: 16/05/2020 19:42
*************


Madre la selva canta,
y canta el bosque y canta la llanura,
y el roble que a las nubes se levanta,
y la flor que se dobla en la espesura,

y canta y juega el viento en el camino,
y en el rubio trigal las amapolas,
y en el cauce el arroyo cristalino,
y los troncos, los tallos, las corolas,

la tierra, el cielo azul, la mar gigante
y las hierbas que bordan el barranco.
Madre, es una canción dulce y vibrante,
que a Yanko llega y que comprende Yanko.

Era Yanko un chicuelo,
más rubio y sonrosado que la aurora,
con los ojos tan puros como el cielo
y el alma cual de artista soñadora.

La música del campo lo atraía...,
adivinaba un himno en los rumores,
que el viento recogía
al besar los arbustos y las flores,

y en el gorjeo matinal del ave,
y en el silencio de la noche grave
y en cáliz gentil de la violeta,
hallaba una canción tierna y sin nombre,

la canción sacrosanta del poeta
que apenas puede comprender el hombre.

Siempre que del mesón en la cocina
brotaban los armónicos raudales
de un violín cuya nota cristalina
es dulce cual la miel de los panales,

él escuchaba con sublime encanto
esa canción de arrullador cariño,
y con los ojos húmedos de llanto,
"quién tuviera un violín ", pensaba el niño.

Una noche estival toda fulgores,
al entreabrir sus párpados el cielo,
y al entornar sus cálices las flores,
arriesgóse el chicuelo a entrar en la cocina,

y a impulsos de sus ansias ideales
tomó el rico violín de voz perlina
y le arrancó torrentes musicales.
Los peones: "al ladrón", despavoridos

gritaron, despertándose del sueño
y sordos a los ruegos y gemidos,
feroces maltrataron al pequeño.

Agonizaba Yanko. En su agonía,
Febril y estertoroso, repetía:

"Madre la selva canta,
y canta el bosque y canta la llanura,
y el roble que a las nubes se levanta,
y la flor que se dobla en la espesura,

y las alondras al emprender el vuelo,
y las hierbas que bordan el barranco".
Y al expirar el niño, en noble anhelo,

Dijo:

"¿Verdad, mamita, que en el cielo
Dios le dará un violín al pobre Yanko?



A/D






Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados