Pacté, con mi amiga, negocios diversos.
Por bellas palabras yo le enviaba versos.
Cambié por sus besos rosas de un rosal
y por sus amores mi bien y mi mal.
Pero,...una gris tarde, una tarde ingrata,
una tarde de esas, que a veces nos mata,
dejo de escribirme, callaron sus frases,
como niño enfermo cuando falta a clases.
Me quedé muy triste sin tener sus cartas,
triste como un viaje de extraviadas barcas,
de esos marineros que entierran las anclas,
cuando, ya en la vida, no ven esperanzas…
Esa fue mi suerte, cambiar bellas frases,
que iban dibujando la dulce quimera,
sin saber que un día…, un día cualquiera,
se iría para siempre nuestra primavera
y aunque su silencio me causa gran pena
cada día le escribo un nuevo poema…
Oscar Jiménez Efrez
(Oscar.J)