El desastroso manejo que el gobierno de Donald Trump ha dado a la pandemia del coronavirus y el rol que ésta ha jugado
como acelerador de la crisis económica ha hecho que en las últimas semanas el precio de dólar haya venido descendiendo
de manera constante, lo que amenaza con una catástrofe en la economía mundial, de impredecibles proporciones, según afirman conocidos analistas.
Uno de estos especialistas, Zhu Min, quien entre 2011 y 2016 se desempeñó como subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional
dice que, en ese proceso de desplome de la moneda norteamericana, podría darse “un evento explosivo”
que haga colapsar el mercado del dólar y arrastre la economía mundial al despeñadero.
El estatus del dólar norteamericano como moneda global dominante corre el riesgo de erosionarse, debido a la creciente deuda pública
e interna del gobierno. Pudiera ser que disposiciones recientes como el anuncio de que Estados Unidos duplicaría sus medidas de
estímulo fiscal para mitigar las consecuencias económicas del coronavirus; y de otro lado el anuncio de la Reserva Federal de flexibilizar
la política monetaria, conduzcan a la pérdida de confianza en el dólar por parte de los mercados, indica el analista.
Un mundo dolarizado
Min hace notar el hecho de que hay empresas que se han declarado o podrían declararse en quiebra en la medida
en que evolucione la pandemia. Pero “el riesgo de hecatombe podría estar ligado al evento de que una gran empresa multinacional,
emblemática, entre en iliquidez y provoque un salto en la tasa de incumplimiento corporativo, generando a su vez una crisis de deuda soberana.
En tal evento, otras economías ya no acudirían a salvar el dólar, como en el pasado. Hoy es poco probable que el mundo quiera un sistema
“dolarizado”. La cuestión es cuál será el costo de este fenómeno.
La semana pasada el periodista Anthony Rowley, especialista en asuntos económicos y financieros, en un artículo publicado
en South Morning Post, sostiene que la caída del dólar podría ser “un signo real” para la economía global y que el “raro”
evento de una depreciación general de la moneda líder sugiere una falta fundamental de confianza que podría
“hundir los mercados financieros y socavar la economía global”.
Vale el papel en que está impreso
En todo caso, sostiene Rowley, se están dado “signos ominosos” de que el dólar “está en problemas”, como que confronta
puntos de referencia como los precios del oro y la plata, que se fortalecen, y aún otras monedas que se valoran
en forma exponencial, mientras cae día tras día la divisa norteamericana.
Señala además que el dólar podría “erosionarse desde dentro”, en la medida en que Estados Unidos “se retira cada vez
más de obligaciones internacionales”, mientras su economía interna se debilita. Frente a esta incertidumbre, los mercados
ven hoy “una moneda degradada que apenas vale el papel en que está impresa” y en su lugar están comprando
metales preciosos y otras monedas diferentes al dólar.
Un caso ilustrativo: el pasado 9 de agosto, China y Rusia anunciaron su intención de ‘desdolarizar’ su comercio para avanzar
en renovados procesos de integración. Hace cinco años, la participación del dólar en las transacciones comerciales de
ambos países era del 90 por ciento, en la actualidad es apenas del 45 por ciento.
El oro recupera su lugar
De continuar esta tendencia sería “peligroso”, porque “muchas cosas podrían caer con el dólar, desde las reservas
mundiales y el comercio hasta las transacciones bancarias y financieras y los productos básicos”, agrega Rowley.
En este contexto, puntualiza, Washington podría ser “el mayor perdedor. Podría perder el privilegio “exorbitante”
del que goza gracias a que siendo el dólar una moneda global, Estados Unidos no enfrenta crisis de balanza de pagos
mientras importa su propia moneda. Pero eso puede cambiar y el desplome podría ser mayor, como cuando se hundió la libra esterlina.
Por su parte, Peter Schiff, veterano economista y corredor de bolsa advierte: “La cosa es que el oro va a sustituir al dólar,
porque ni el euro ni otra divisa están preparadas para relevarlo. Lo que ocupará su lugar será el dinero verdadero,
particularmente el oro, porque el oro circulaba antes del dólar. El dólar hizo mal su trabajo y el oro está recuperando su lugar”.
“Esta economía hegemónica de la divisa norteamericana fue levantada a lo largo de los años y su arquitecto fue la Reserva
Federal norteamericana. Si el dólar pierde este estatus, los fundamentos se desmoronan
y el castillo de naipes se derrumba”, sentenció Peter Schiff.