Sin embargo, ¡algunos aún quieren altercar con Dios! Uno de los textos que traen a colación lo encontramos en 1 Timoteo 4.1-5. Leámoslo cuidadosamente.
Nótese que estas "doctrinas de demonios" incluyen el mandar "abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos…" ¿Quiénes? "Los creyentes y los que han conocido la verdad". ¿Qué es verdad? Jesús dijo: "Tu palabra es verdad" (Juan 17.17). En tal caso, la Biblia misma revela la verdad sobre lo que es propio para alimento.
No debemos rehusar tomar ningún alimento que, de acuerdo con la verdad, Dios creó para ser tomado con acción de gracias. Sin embargo, eso no quiere decir que "todas" las carnes son salutíferas para el cuerpo humano.
Nótese que esa falsa doctrina manda abstenerse de viandas que son recibidas con acción de gracias por aquellos que creen y conocen la verdad, que conocen la Palabra de Dios. Mas la Palabra de Dios, la Santa Biblia, nos dice que hay ciertas carnes que son "inmundas", las cuales no han de ser recibidas con acción de gracias.
Consideremos ahora lo que nos dice 1 Timoteo 4.4-5 "Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado". ¿Qué significa ser santificado por la palabra de Dios y la oración?
"Santificar" quiere decir hacer santo o separar para un propósito o uso correcto, en este caso apartar como alimento del hombre.
Ahora bien, ¿qué carnes ha santificado Dios par el consumo humano? Los únicos pasajes en toda la Biblia que nos muestran la lista de las carnes que Dios santificó son Levítico 11 y Deuteronomio 14. En estos capítulos se nos revela cuál es la carne "limpia" y sana, propia para alimento. ¡Esas carnes son las únicas que pueden ser recibidas con acción de gracias y oración!
No hay ni un solo pasaje en las Sagradas Escrituras que demuestre que Dios apartó como propia para el consumo humano la carne de criaturas inmundas, como caracoles, ostras, almejas, serpientes, pulpos, anguilas, caballos o cerdos. No obstante, la gente come la carne de esos animales sin darse cuenta del daño que ocasionan a su organismo.