Como no se poseen ejemplares originales de esa versión, es imposible afirmar categóricamente que esos libros estuvieran incluidos en dicha versión.

Muchos de esos libros apócrifos fueron escritos posteriormente a la versión de los setenta, por lo que es obvio que no pudieron estar en la lista original de los 22 libros que fueron traducidos del hebreo al griego.

Los judíos ya habían oficializado sus 22 libros en el Concilio judío de Jamnia celebrado alrededor del año 90 después de Cristo y en ese concilio excluyeron categóricamente los libros apócrifos del canon hebreo.

Los libros apócrifos por su contenido, siempre se han considerado como secundarios, incluso históricos como el libro de los Macabeos, pero no inspirados. Además nunca fueron citados por los escritores  mesiánicos cuando hicieron referencia a las escrituras hebreas, aunque esto no es concluyente ya que tampoco citaron el libro de Ester, Eclesiastés y el Cantar de los Cantares, libros que si forman parte del Canon.

También en el contenido de estos libros no hay elementos proféticos, se contradicen entre si y contradicen en su contenido y enseñanza con los libros canonicos hebreos. Abundan inexactitudes históricas, geográficas y hasta hay escritores de libros apócrifos como el de Sabiduría que pretende presentar su obras como si hubiese sido escrito por hombres sabios como Salomón. Además se nota la influencia griega o helénica en este libro ya que se refiere al hombre como un ser dual que tiene un alma incorpórea que no muere. (Sabiduría 3:1-3)

Según a los que se conoce como “Padres de la iglesia” del primer siglo, no pusieron al mismo nivel los libros canonicos y los apócrifos. Por ejemplo Orígenes, Atanasio, Cirilo de Jerusalén, Gregorio, Nacianceno y Antioco del siglo IV después de Cristo en los catalogos de libros sagrados que hicieron no tomaron en cuenta a los libros apócrifos.

El mismo Jerónimo que se conocía como un gran erudito hebreo de la ilgesia primitiva y traductor de la Vulgata Latina completada en el año 405 después de Cristo, citó claramente en su prologo que solo habían 22 libros hebreos (39 libros en las versiones modernas)

Por lo que podemos ver que la mayoría rechazó estos libros, excepto Agustín quien fue el primer defensor de esos libros y quien intentó incluirlos dentro del canon bíblico. Fue así que la Iglesia Católica romana, siguiendo el ejemplo de Agustín incluyó esos ibros apócrifos dentro de su canon bíblico en el Concilio de Cártago celebrado en el año 397 después de Cristo y lo recofirmó en el Concilio de Trento en el año 1546 despuesde Cristo.

Pero en cuestión de libros apócrifos no nada más hay con referencia a los libros hebreos, a partir del siglo II después de Cristo surgieron una gran cantidad de escritos griegos que afirman ser inspirados por Dios y por lo tanto sus defensores piensan que deben estar dentro de la fe cristiana y por lo tanto canónicos.

 Estos libros pretenden imitar a los evangelios, los hechos, las cartas y revelaciones de los libros canonicos de las Escrituras griegas cristianas. La mayoría de estos libros son solo fragmentos o en ciertos casos son solo citas de otros escritos.

El contenido de estos libros o fragmentos de verdad que da risa, yo en lo personal he leído el “evangelio de Tomás” o el “Protoevangelio de Santiago” por citar a algunos que se pueden obtener por internet, pero en realidad desde el principio noté que eran solo escritos literarios sin ningún valor doctrinal ya que en los mismos abundan relatos fantásticos de suspuestos milagros efectuados por Jesús desde su infancia. Van más allá en representar a Jesús como un niño caprichoso, insensible, petulante, desobediente, asesinando sin ton ni son tanto a infantes como a sus maestros y le describen con poderes impresionantes  lo que choca con lo que cita el evangelio de Lucas 2:51,52

 Luc 2:51  Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos en todo. Su madre guardaba todo esto en su corazón.

Luc 2:52  y Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba del favor de Dios y de los hombres.

 También pude leer los hechos de Pablo y los hechos de Pedro, pero representas a estos apóstoles de Jesús de una manera muy diferente a como los representan las escrituras canonicas griegas cristianas ya que ponen en palabras de Pablo y Pedro exhortando como algo de mucha importancia la total abstinencia sexual, hasta los representan como hombres insensibles animando a las mujeres a que abandones a sus maridos para formar una comunidad cristiana célibe, contradiciendo lo que en realidad amonestó el apóstol Pablo a manera de consejo y registrado en el libro de la 1 Corintios. Tal vez estos escritos fueron hechos para apoyar la doctrina del celibato que promulga la iglesia católica romana.