LAS OBRAS DE LA LEY NO SON LOS SACRIFICIOS DE ANIMALES
Por
Tito Martínez
Los modernos judaizantes que están bajo el anatema o maldición de Dios enseñan la doctrina de que las "obras de la ley" mencionadas por el apóstol Pablo eran los
los sacrificios de animales, como becerros, cabras, ovejas etc. que hacia el pueblo de Israel. El argumento de estos judaizantes engañadores es el siguiente: "usted no se justificará delante de Dios por ofrecer sacrificios de animales a Dios, pero sí se justificará y será salvo si guarda la ley, la toráh".
Que esto quede claro, esos engañadores judanzantes enseñan bien claro que usted, si no guarda los Diez Mandamientos, se condenará, jamás será salvo, es decir, lo que están enseñando es que la salvación no es por la gracia de Dios, ¡sino por la observancia de la ley o toráh grabada en tablas de piedra!. Por consiguiente, no se deje engañar cuando estos emisarios de Satanás que han pervertido el Evangelio de Cristo le dicen que la salvación es por la gracia de Dios, o que la justificación es solo por la fe en Cristo, ¡le están mintiendo descaradamente!, pues lo que ellos enseñan es que la salvación eterna es por guardar y cumplir los Diez Mandamientos!, y si usted no los cumple, ellos enseñan que jamás serán salvo.
El argumento que ofrecen estos engañadores neo-judaizantes al enseñar que las obras de la ley se refiere a los sacrificios de animales es de lo más falso y diabólico. Observe bien que el apóstol Pablo, cuando habló de las "obras de la ley", ¡nunca dijo que se refiriera a los sacrificios de animales!, esto se lo inventan estos engañadores judaizantes, para engañar a los necios y necias que rechazan el Evangelio de la Gracia de Dios.
Vamos a conocer el verdadero significado de esa expresión de Pablo, "las obras de la ley", la cual aparece en los siguientes pasajes: Romanos 3:20, 28, 9:32, Gal.2:16, 3:2, 5, 10. Veamos el primer pasaje:
Rom 3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Como puede ver, Pablo mencionó en ese pasaje las obras de la ley, y dijo que por medio de esa ley tenemos el conocimiento del pecado, es decir, ¡las obras de la ley se está refiriendo, no a los sacrificios de animales, sino a los DIEZ MANDAMIENTOS!, los cuales nos dan el conocimiento del pecado:
¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. (Ro.7:7-8)
¿Donde se encuentra ese mandamiento de "no codiciarás", ¡en el Decálogo!:
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. (Ex.20:17).
Por consiguiente, cuando Pablo habló de las obras de la ley se estaba refiriendo a esa ley de Dios que nos da el conocimiento del pecado, el Decálogo. Las obras de esa ley o toráh son sencillamente la observancia de esos mandamientos que aparecen en el Decálogo, ¡no se refiere a los sacrificios de animales! Pablo dijo bien claro que por las obras de esa ley NADIE será justificado delante de Dios, es decir, por mucho que usted quiera guardar los mandamientos del Decálogo, ¡esto jamás le justificará a usted delante de Dios!, pues esa ley nos da el conocimiento del pecado. La justificación para con Dios es SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE EN JESUCRISTO, no por la observancia de la toráh, vamos a verlo:
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;
la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.
Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.
Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. (Ro.3:21-30).
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Ro.5:1).
sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. (Gal.2:16).
El apóstol Pablo fue bien claro, solo la fe en Jesucristo nos justifica delante de Dios, ¡no las obras de la ley!, y ya he demostrado lo que Pablo quería decir por "obras de la ley", ¡se refiere a LA LEY QUE NOS DA EL CONOCIMIENTO DEL PECADO, es decir, el Decálogo!, absolutamente nadie será justificado delante de Dios por observar esos mandamientos del Decálogo. ¡Esto es todo lo contrario de lo que enseñan esos malditos neo judaizantes!, ellos predican que usted, si no guarda los diez mandamientos, y especialmente el cuarto mandamiento del Decálogo, el del sábado, entonces jamás será justificado delante de Dios, sino que se condenará, con lo cual están enseñando que la justificación es por las obras de la ley, ¡ellos rechazan la justificación solamente por la fe en Cristo!, para estos apostatas neo judaizantes el sacrificio de Cristo no fue perfecto ni suficiente para justificarnos delante de Dios, ya que esos engañadores enseñan que usted ha de cumplir la ley o toráh para ser salvo, con lo cual rechazan el Evangelio de la Gracia de Dios, se desligan de Cristo, y caen de la gracia:
De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído (Gal.5:4),
y por tanto, esos engañadores con apariencia de piedad están bajo el anatema o maldición de Dios (Gal.1:8-9).
Por
ESTUDIO AMPLIADO EL 1-8-2011
http://www.las21tesisdetito.com/leyygracia.htm
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