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Elías, he leido la sarta de idioteces y mentiras que has dicho en este santo foro, y me he quedado simplemente patidifuso por las babosadas ridiculas que has dicho, mira:
1- ¡¡¡Citas Juan 17:5, y dices que ese pasaje se está refiriendo a Adán antes de que pecara!!!.
¿Pero se te han caido todos los tornillos de esa canica que tienes por cabeza?, en ninguna parte de ese pasaje se habla de Adán, el pasaje está hablando de JESÚS "con aquella gloria que TUVE contigo antes de que el mundo fuese". Jesús sencillamente estaba proclamando claramente su preexistencia divina, pidiendo al Padre que le glorifique con aquella gloria que tenía con el Padre antes de que el mundo fuera creado. Y ahora vas tu, destrozas de forma diabólica esas palabras de Jesús, y nos sales con el cuento idiota de que ese pasaje está hablando de Adán antes de que pecara, ¿pero a quien pretendes engañar, idiota mentiroso?, ¿has entrado hoy en este santo foro para enseñar esa babosada diabólica y estúpida?, si vas a seguir repitiendo esa payasada mejor vete a un foro de payasos e imbéciles, tal vez ahi te hagan caso.
2- Después dices que el ejemplo que he puesto del ascensor es falso, pero vamos a ver, idiota, Jesús dijo bien claro que DESCENDIÓ del cielo, y si él descendió del cielo, es porque estaba en el cielo, y luego descendió a la tierra. La interprepretación que tu has dado es de lo más falsa y necia. Me pones el ejemplo del sumo sacerdote que entraba una vez al año al lugar santisimo del templo de Jerusalén, y luego salía de ese lugar, pero esto no tiene que ver nada con esas palabras de Jesús, el cual estaba diciendo bien claro que él descendió del cielo, porque sencillamente él estaba en el cielo, juntamente con el Padre, y luego el Padre le envió a la tierra (Jn.3:16). Por eso es que Jesús, después de resucitar, subió de nuevo al cielo, para estar con el Padre.
Por consiguiente, la doctrina de la preexistencia divina de Cristo es absolutamente cierta, basada firmemente en el Evangelio, y aquellos que la rechazan son unos anticristos, pues están negando que el Verbo divino se hiciera hombre (Jn.1:1,14), y esa es la doctrina del anticristo. Por eso es que el falso cristiano, que también es un anticristo, niega que Jesús sea el Hijo de Dios, y ahora entras tu en este santo foro enseñando las mismas babosadas satánicas que ese falso cristiano.
¡Estás avisado!, no permitiré que ese tipo de basura asquerosa y anticristiana la sigas publicando en este santo foro.
(El tormento de los malditos judaizantes y demás apóstatas de la fe)
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De tito :2- Después dices que el ejemplo que he puesto del ascensor es falso, pero vamos a ver, idiota, Jesús dijo bien claro que DESCENDIÓ del cielo, y si él descendió del cielo, es porque estaba en el cielo, y luego descendió a la tierra. La interprepretación que tu has dado es de lo más falsa y necia. Me pones el ejemplo del sumo sacerdote que entraba una vez al año al lugar santisimo del templo de Jerusalén, y luego salía de ese lugar, pero esto no tiene que ver nada con esas palabras de Jesús, el cual estaba diciendo bien claro que él descendió del cielo, porque sencillamente él estaba en el cielo, juntamente con el Padre, y luego el Padre le envió a la tierra (Jn.3:16).
telo respode Hebreos :
9:1 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. 9:2 Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 9:3 Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 9:4 el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 9:5 y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. 9:6 Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 9:7 pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; 9:8 dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9:9 Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 9:10 ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 9:11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 9:12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 9:13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 9:14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 9:16 Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 9:17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 9:18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 9:19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 9:20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. 9:21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 9:22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. 9:23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 9:25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
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