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| De: RicardoB (Mensaje original) |
Enviado: 15/01/2012 08:35 |
Pues claro que el Antiguo Testamento nunca dice claramente que la Palabra sea el Mesías, lógico, PORQUE EL MESÍAS TODAVÍA NO HABIA DESCENDIDO DEL CIELO NI SE HABIA HECHO HOMBRE, es en el Nuevo donde se dice bien claro que la Palabra o Verbo es el Mesías Jesús (Jn.1:1, 14, (Tito)
Las profecias nunca dijeron que el mesias descenderia del cielo, las profecias dijeron que naceria de mujer joven, que seria descendiente de David, nunca dijeron que el mesias ayudo a Jehova en la creacion del universo, todo eso que dice Juan esta fuera de las profecias |
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perdon por exederme en los verciculos pero son edificantes, yo no pretendo que usted me crea a mi sino que se convierta
AL SEÑOR
2Co 3:14 Sin embargo, sus mentes fueron endurecidas; pues hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, el mismo velo sigue puesto, porque sólo en Cristo es quitado.
2Co 3:15 Aún hasta el día de hoy, cada vez que leen a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
2Co 3:16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo será quitado.
2Co 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
2Co 4:3 Pero aun si nuestro evangelio está encubierto, entre los que se pierden está encubierto.
2Co 4:4 Pues el dios de esta edad presente ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no les ilumine el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios.
2Co 4:5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor; y a nosotros, como siervos vuestros por causa de Jesús.
2Co 4:6 Porque el Dios que dijo: "La luz resplandecerá de las tinieblas" es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.
2Co 4:7 Con todo, tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.
2Co 4:8 Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados;
2Co 4:9 perseguidos, pero no desamparados; abatidos, pero no destruidos.
2Co 4:10 Siempre llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús por todas partes, para que también en nuestro cuerpo se manifieste la vida de Jesús.
2Co 4:11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos expuestos a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
2Co 4:12 De manera que en nosotros actúa la muerte, pero en vosotros actúa la vida.
2Co 4:13 Sin embargo, tenemos el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí; por lo tanto hablé. Nosotros también creemos; por lo tanto también hablamos,
2Co 4:14 sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará a su lado juntamente con vosotros.
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Manuel Z
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