¿Cómo se puede probar que
el ladrón arrepentido en la cruz no se hubiese bautizado? Planteamiento de
Gustavo Calderón.
“Hola,
hermano. Espero se encuentre bien. Mi nombre es Gustavo Calderón, y soy
miembro de la Iglesia de Cristo (Romanos 16:16). La congregación está
ubicada en Aurora, Colorado, USA. Bueno, hermano, tratando de prepararme más
para presentar defensa contra las diferentes religiones que han absorbido a
mi familia, les enseño que el bautismo es parte de la salvación. Ellos me
argumentaron que el famoso ladrón en la cruz no se bautizó. Bueno, además de
lo que explica la Biblia en los cuatro evangelios, recurrí a su Página y me
parecieron unos estudios de bendición a mi vida. Y conseguí el estudio del
“Ladrón en la cruz no se bautizó”, y mejor exponente no puede haber,
que explique de este asunto como usted lo hace. Pero, quisiera agregar una
sola idea, si me lo permite, y es el hecho, como yo les digo a mis hermanos
mayores, que son evangélicos: De los cuatro evangelios, ¿cuál es el que
dice que el ladrón no se bautizó, porque ninguno habla sobre el asunto?
Y yo les digo que a lo mejor pudo estar bautizado en el bautismo de Juan,
pero no se lo puedo demostrar porque la Biblia no lo dice. Hablamos donde la
Biblia habla, y callamos donde la Biblia calla. Y que como ellos afirman que
no se bautizó, les digo: ¡Qué cosa! ¿Cómo afirman ustedes algo que la
Biblia no lo afirma? Entonces, díganme el nombre de este ladrón, qué
tipo de robo hacía, que si era judío o griego, tenía perro o gato, robaba
con pistola o armas blancas. Y ellos me dicen que no saben. Y entonces,
¿cómo saben que no se bautizó? Bueno, quería comentarle esta experiencia en
mi vida, y que Dios lo siga usando como hasta ahora. Lo amo en el amor de
Cristo. Dios lo bendiga.”
Breves
comentarios nuestros.
Dios siga usando a usted también, querido hermano Gustavo Calderón. Gracias
por arrojar más luz sobre el caso de aquel ladrón arrepentido. Sus
argumentos tienen mucha lógica.
Es del todo
plausible que aquel ladrón fuese bautizado, bien con el bautismo de Juan el
Bautista bien con él de Jesucristo. Quizás durante los seis meses del
ministerio del gran profeta Juan el Bautista, o durante la alguna etapa del
ministerio del Hijo de Dios. Haber sido sentenciado a la muerte por
crucifixión por ser ladrón no significa necesariamente que aquel varón
hubiese sido ladrón incorregible por muchos años, quizás desde su juventud.
De cierto, sus expresiones indican que reconocía la existencia de Dios y que
temía a Dios. Desde cuándo lo temiera se desconoce. Él reprende al otro
ladrón, diciendo: “¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma
condición”? (Lucas 23:40). Claramente, el ladrón arrepentido temía a
Dios.
También tenía
sentido de justicia. Reconviene al otro ladrón, diciendo: “Nosotros, a la
verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron
nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo” (Lucas 23:41).
“…éste ningún mal hizo”, refiriéndose el arrepentido a Jesucristo,
implica que conociera bastante acerca de la vida y el ministerio del Señor,
pues de otro modo ¿cómo pudiera haber testificado a su inocencia?
“Y dijo a
Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”
(Lucas 23:42). ¡Aquel ladrón sabía algo del reino que Jesucristo predicaba
constantemente! ¿Cómo? Se sobreentiende que escuchara al Señor en alguna
ocasión. O que aprendiera acerca del reino por medio de la predicación de
Juan el Bautista. Tal vez figurara entre las multitudes que acudieron a Juan
el Bautista para recibir el bautismo. “Y salía a él (a
Juan el Bautista) Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de
alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus
pecados” (Mateo 3:5-6). ¡Todos los
habitantes de Jerusalén, “y toda Judea, y toda la provincia de alrededor
del Jordán”. ¡Casi todo el mundo de aquellos lugares nombrados!
Cuántos reincidieran en el pecado se desconoce. Quizás entre los tales este
mismo ladrón que se arrepiente en la cruz.
En síntesis,
este ladrón demuestra tener ciertos conocimientos espirituales y cierto
grado de espiritualidad. Afirmar que nunca fuera bautizado es alegar,
efectivamente, lo insostenible, como argumenta usted muy correctamente,
respetado hermano Gustavo Calderón.
PS De
por lo menos un detalle podemos tener absoluta seguridad. Definitivamente,
¡aquel ladrón no “robada con pistola”, pues tal arma no existía para
aquel entonces!