Según las fuentes, el enviado israelí Yitzak Molcho dijo a su contraparte palestina que Israel quiere conservar Jerusalén oriental y consolidar los asentamientos judíos detrás de la barrera, que le quita a Cisjordania casi el 10% de su territorio. Hablaron bajo la condición de no ser identificadas, dadas las estrictas normas contra las filtraciones impuestas por los mediadores jordanos.
La propuesta parecería inaceptable para los palestinos porque Jerusalén quedaría del lado "israelí" de la frontera.
Pero también sería un paso significativo para el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien durante la mayor parte de su carrera ha sido un vehemente opositor de la independencia palestina.
Si las conversaciones avanzan en esa dirección, podrían significar el fin de su coalición nacionalista, ya que para algunos de sus miembros más influyentes el abandono de la mayor parte de Cisjordania —un área estratégica y de significación bíblica— sería una traición imperdonable.
Israel ha confirmado que días atrás presentó sus principios para el trazado de la frontera con un estado palestino. Pero el carácter político de las reuniones —aunque son de un nivel relativamente bajo, ya que ninguno de los participantes es un ministro— se reflejó en la negativa de altos funcionarios a hablar del asunto.
Un funcionario israelí dijo que, por lo que sabía, la información era incorrecta, pero se negó a entrar en detalles o permitir que se lo identificara, citando la orden de discreción impuesta por Jordania.
El viceprimer ministro israelí Dan Meridor, uno de los miembros del gabinete más allegados a Netanyahu, dijo que él apoya semejante oferta desde hace meses, y que Israel debería concentrarse en conservar los grandes asentamientos cerca de la frontera anterior a 1967. Pero no pudo confirmar si, efectivamente, se formuló la oferta.
"Yo no sé si (Molcho) dijo esas palabras, pero sería extraordinario", dijo Meridor a The Associated Press.
Según las fuentes palestinas —una de las cuales es miembro de la alta conducción— Molcho dijo que Israel quiere vivir en paz junto a un estado palestino.
Sería la oferta más detallada de Netanyahu hasta el momento sobre la parte de las tierras capturadas en la guerra de 1967 —Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental— que Israel pretende conservar.