En Catemaco creemos en el diablo

VERACRUZ, Ver., marzo 3 (EL UNIVERSAL).- En Catemaco, al sur de Veracruz, el viernes fue recibido por decenas de familias con rituales e invocaciones al más allá.

Se trata de brujos que practican la magia negra y que desde hace años, dicen, les han prohibido sacar a la luz pública sus trabajos y hechizos como lo hacían en antaño.

Jesús Linares, mejor conocido como “El Cumbai", es un maestro del oscurantismo. Asegura que tiene poderes heredados de su bisabuelo quien era un nahual, una persona que se puede convertir en animal cuando lo deseaba.

Él y un grupo de hechiceros venidos de Puebla, San Andrés Tuxtla y el Puerto de Veracruz se congregaron en el patio de su casa, pintaron un pentagrama con cal en el piso para invocar a Lucifer.

A unas cuadras de ese sitio, en el lugar llamado La Punta, el ayuntamiento de Catemaco organizó una ceremonia para deleite de las decenas de turistas que llegan a presenciar los festejos que se hacen el primer viernes de marzo.

Ahí la palabra “brujos” está prohibida, los hierberos los tachan de charlatanes y aseguran que la curación a base de plantas medicinales es lo que realmente a dado fama mundial a esa localidad, enclavada en la selva de los Tuxtlas.

- Le sacan ventaja

Desde siglos atrás, el primer viernes de marzo es considerado como fecha receptora de energías, las cuales se concentran en la laguna ubicada frente al centro de la ciudad de Catemaco.

Sin embargo, en la administración de Fidel Herrera Beltrán el gobierno de Veracruz optó por convertir los festejos en un atractivo turístico mundial cambiando el nombre de brujos por herbolarios.

“El Cumbai” lamenta esa situación porque considera que desde que las autoridades administran los festejos se ha perdido la identidad de los hechiceros de la región, famosos por hacerles trabajos de hechicería a artistas y políticos.

Para demostrar su poder, Jesús Linares permite el acceso a la invocación a Satanás que realizó en el patio de su vivienda justo a las cero horas del viernes.

Tres aprendices de “El Cumbai” se separan alrededor de un pentagrama pintado con cal; se apagan las luces y encienden antorchas.

El ritual es presenciado por hechiceros que todo el territorio nacional. Una vez que empieza el rito, el hechicero coloca dos figuras en el suelo una es de la Santa Muerte, la otra de Lucifer.

Después de hablar alrededor de sus aprendices y de hacerles una limpia con yerbas, pide a los demás brujos que hagan una petición porque se siente la presencia de “él”, al referirse al diablo.

- El momento de la “presencia”

En esos momentos la figura de Lucifer colocada en el piso empieza a dar de sí, el yeso con el que está hecha se ve afectado por el calor del lugar y se dobla.

Al finalizar, “El Cumbai” asegura que esas son las verdaderas creencias que se tienen en Catemaco y no sólo la herbolaria como las autoridades del estado y municipio lo pretenden hacer ver.

Incluso, acusó al ayuntamiento de impedirles la llegada al Cerro del Mono Blanco, lugar enclavado en la selva en donde está la Cueva del Diablo, sitio sagrado para brujos.

“Ya teníamos todo para ir al cerro, hasta pusimos una tarima, de última hora nos cancelaron, mandaron al Ejército para que no subiéramos, porque cuando nosotros lo hacemos no les llega nada de gente a ellos en sus eventos oficiales”, acusó Jesús Linares.

Sin embargo, los herbolarios que hacían limpias al por mayor en La Punta aseguran que quienes practican lo que llaman magia negra no son más que charlatanes: “Nuestros antepasados no conocía a David ni a su estrella, el sacrificio de animales lo hacían los judíos en la época aquella de Moisés, eso lo trajeron los españoles”, dijo el herbolario Gonzalo Pérez Escobar.

Tomado de: http://es-us.noticias.yahoo.com/catemaco-creemos-diablo-060628058.html