El misterio aclarado
Volvamos al
capítulo
7
de Hebreos, pasaje que nos
permite identificar a Melquisedec:
"Porque este
Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a
Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo
dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de
justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de PAZ" (versículos
1-2).
Puesto que Dios les
asigna nombres a los individuos según lo que son, entonces esto es lo que Melquisedec
es: "Rey de justicia".
¡Pensemos en lo que
esto significa! Rey de justicia.
Jesucristo mismo dijo: "…ninguno hay
bueno, sino sólo Dios" (Lucas
18:19). La justicia del hombre es, ante Dios, como trapos de inmundicia.
Nadie puede ser justo sino solo Dios,
o bien alguien que haya sido hecho
justo por el poder de Dios: ¡Cristo en persona! Evidentemente, nadie, excepto uno de la Deidad: el
reino divino de Dios, podría ser llamado "Rey de justicia". Semejante título
aplicado a otro que no fuese Dios, sería una blasfemia. ¿Por qué?
La justicia es
obediencia a la ley de Dios. Puesto
que Dios es el dador de la ley (Santiago
4:12), Él es Gobernador Supremo o Rey. Él es quien determina lo que es
justicia. "…Porque todos tus
mandamientos son justicia" (Salmos
119:172). Cuando Jesús hablaba con sus discípulos acerca de un punto
determinado de la ley, Él se colocaba en una posición superior a ella. Él es Señor del día de reposo (Marcos
2:28). Ningún ser humano puede ser Señor o Rey sobre la ley de Dios.
¡Solamente Dios puede serlo! Todos
los seres humanos han pecado y quebrantado esa ley de justicia (Romanos
3:23).
Continuando con el
capítulo
7
de Hebreos, notemos también
que este personaje era "Rey de paz".
La palabra "Salem", de donde se derive Jerusalén, significa "paz". Y recuérdese
que Jesús es llamado, además, ¡el Príncipe de paz! (Isaías
9.6). Ningún hombre podría ser Rey de paz. El hombre no conoce el
camino hacia la paz. Leamos los siguientes pasajes en Romanos
3:10 y 17: "…No hay justo,
ni aun uno… Y no conocieron camino de paz".
Siguiendo adelante,
vemos que Melquisedec no tenía ni padre, ni madre, ni genealogía. No nació como
otros seres humanos. Carecía de padre y madre. Pero esto no indica que se había
perdido su registro de nacimiento, pues sin registro de genealogías todo
sacerdote humano quedaba excluido del sacerdocio (Esdras
2:62).
Pero aquí vemos que
Melquisedec no tenía genealogía y por
lo tanto no era como los demás seres mortales. No tenía descendencia o linaje
humano sino que existía por sí solo, como lo dijo el apóstol Pablo en sus
palabras inspiradas: “…ni tiene
principio de días, ni fin de vida…” (Hebreos
7:3). Así, vemos que siempre
existió, ¡desde la eternidad! Ni siquiera fue creado, como los ángeles, sino que ha
existido por sí solo por toda la eternidad. Esto puede decirse únicamente de un
ser divino, ¡de DIOS!, y no de un ser humano.
Sin embargo,
Melquisedec no pudo haber sido Dios el Padre, pues era "sacerdote del Dios Altísimo". Las
Escrituras nos dicen que ningún hombre jamás ha visto al Padre (Juan 1:18;
5:37). No obstante, Abraham vio a Melquisedec. Melquisedec no pudo haber
sido Dios el Padre, sino "hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para
siempre" (Hebreos
7:3).
¡Ahí lo tenemos!
Durante el tiempo de Abraham, Jesús no
era Hijo de Dios, puesto que no había nacido aún de la virgen María. Pero sí
fue hecho semejante al Hijo de Dios en su manifestación a los
antiguos.
Fijémonos
nuevamente en lo que nos revela este pasaje: Melquisedec permanece, es decir, continua siendo
para siempre, un sacerdote. Dios el
Padre no es un "sacerdote del Dios Altísimo", ¡pero Cristo el Hijo sí lo es! Sin embargo, aun en los días
en que el apóstol Pablo vivió y escribió, poco después de que el Señor Jesús
ascendiera al cielo como sumo sacerdote, las Escrituras declaran que aún entonces Melquisedec "permanece, [tiempo
presente] sacerdote para siempre".
Observemos también
que el orden del sacerdocio de Cristo
lleva el nombre de Melquisedec, de la misma manera que el nombre de Aarón fue
usado para el sacerdocio aarónico. Es así como Melquisedec fue sumo sacerdote en
aquellos primeros tiempos, durante los días del apóstol Pablo, lo es ahora y lo
seguirá siendo para siempre. ¡Igualmente CRISTO fue, es y será sumo sacerdote
para siempre!
¿Significa esto que
hay dos sumos sacerdotes? ¡No! ¡Imposible! Hay una sola conclusión y es
ineludible. Muy en contra de las diversas ideas humanas a las que se aferran
tantos, ¡Melquisedec y Cristo son UNO SOLO!
No faltan quienes
hacen hincapié en la declaración bíblica de que Melquisedec "no tiene fin de vida". Discuten el
hecho de que, puesto que Cristo murió, tuvo fin de vida. Si esa fuese la
interpretación correcta del pasaje, entonces tendríamos que deducir que Cristo
aún está muerto. Pero Cristo no está
muerto. Está vivo puesto que fue imposible que la muerte lo retuviera (Hechos
2:24). Melquisedec jamás habría cumplido su misión de sumo sacerdote sin
haber muerto por los pecados del mundo y haber resucitado nuevamente. Es función
del sumo sacerdote conducirnos hacia el camino de salvación.
En efecto,
Jesucristo es el autor y el conservador de nuestra salvación (Hebreos 5:9;
12:2). Él es "declarado por
Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec" (Hebreos
5:10). Y no es maravilla, ¡Melquisedec y Cristo son una y la misma
persona!
Me gustaría
conocer la opinión de mis hermanos en Cristo pues siempre me ha intrigado este
personaje Bíblico sobre quien no existe mayor información.
Gracia y paz.