algunos datos sobre la 2da carta de pedro
I. ORIGEN HISTÓRICO DE LA CARTA. La segunda carta de Pedro plantea algunos problemas por su estilo y por su contenido, que contradicen la atribución tradicional al apóstol.
1. UNA CARTA DISCUTIDA. LOS primeros signos de la existencia de la segunda carta de Pedro se encuentran en Egipto por el siglo ni. En efecto, el papiro Bodmer VIII recoge el texto de la carta en la forma atestiguada sucesivamente por los códices mayúsculos Vaticano (B), Sinaítico (S) y Alejandrino (A). Del mismo período existe también una versión copta de la carta. También en Egipto, Orígenes menciona las dos cartas de Pedro (Hom. in Jos. VII, 1). Pero el mismo Orígenes, a propósito de la segunda carta de Pedro, afirma que es discutida: amphibálletai (In Joh. V, 3). Ecos de esta incertidumbre sobre la autoridad canónica de nuestro escrito se recogen en Eusebio de Cesarea en su Historia eclesiástica: "De Pedro sólo se reconoce como auténtica una carta, la llamada primera... Por el contrario, la llamada segunda carta hemos sabido que no es testamentaria. Sin embargo, como a muchos les parece útil, ha sido estudiada junto con las otras Escrituras" (Hist. Ecc. III, 3,1; cf III, 25,3; se coloca la 2Pe entre los escritos antilegómenoi). Jerónimo da un juicio análogo: "Pedro escribió dos cartas que se llaman católicas; la segunda de ellas es desechada por la mayor parte debido a su diferencia de estilo con la primera" (De Vir. ill. I). En resumen, puede decirse que esta carta es conocida al menos a partir del siglo n en Egipto y que más tarde, en los siglos Iv y v, fue reconocida y acogida también en Occidente. En las Iglesias de Siria, Asia y Capadocia en particular, sólo fue acogido este escrito como canónico en los siglos v y vi. Esta dificultad de recepción del texto petrino en la lista de los libros sagrados cristianos depende de la incertidumbre que se tuvo sobre su origen "apostólico".
2. EL ORIGEN DE LA CARTA. El título de la 2Pe la atribuye expresamente a "Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo" (2Pe 1,1). Pero las dificultades de la tradición dependen de la constatación de una diversidad de estilo respecto a la primera carta, que se le atribuye igualmente a Pedro. Jerónimo, por su parte, resolvía esta dificultad con la introducción de secretarios diversos utilizados por el apóstol en el dictado de las dos cartas.
a) El autor de la carta.
La identidad petrina del autor, como aparece en el título de la misma, se acentúa fuertemente. También en el interior del escrito se observan algunas referencias a la figura histórica de Pedro: la alusión a su presencia entre los testigos de la transfiguración de Jesús en el monte (2Pe 1,16); el recuerdo de la primera carta enviada y puesta bajo el nombre de Pedro: "Queridos hermanos, ésta es la segunda carta que os escribo" (2Pe 3,1). Pero a pesar de esta identificación petrina tan marcada del autor se observan notables dificultades para la atribución del escrito al apóstol Pedro. Respecto a la primera carta, puesta bajo el nombre de Pedro, nuestro texto tiene un estilo distinto, que destaca ya en el nivel del vocabulario. En efecto, los dos escritos sólo tienen en común un centenar de vocablos, contra unos 600 diferentes. Esta diversidad de la terminología atañe en particular a aquellos vocablos-clave que caracterizan a la estructura teológica de los dos escritos, en relación con la cristología y la escatología. Finalmente, nuestro autor se coloca en la segunda generación (2Pe 3,2-4). |