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De: amorypaz12 (Mensaje original) |
Enviado: 28/06/2012 15:54 |
Hola otra vez hermanos, me podrian dar sus opiniones sobre eso del ayuno, Jesus dijo que sus discipulos ayunarian cuando el no estubiera con ellos (cuando murio), pero Jesus resucito y ahora esta otra ves con nosotros de alguna forma espiritual, porque dijo que estaria siempre con nosotros, pero en otra parte se dice que unos cristianos con ayuno y oracion bendijeron a otros (Hechos 13:3 Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron.), ¿o eso de ayunar es algo que se puede o no hacer?, podria ser solo para consentrarse en la oracion obsteniendose un rato de comer, no se con exactitud.
Gracias por sus opiniones, me seran utiles.
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Sin ánimo de sonar religioso opino que el ayuno sí ayuda
cuando alguien se entrega a la oración y desea concentrarse en ella, pero ese
ayuno debe ser totalmente secreto, es decir, que nadie, absolutamente nadie se dé
cuenta que se está ayunando ni siquiera en el futuro; no creo en esos ayunos grupales los cuales no
hacen más que inflar el ego del ayunador, en esos ayunos los hipócritas compiten
por el que tenga más resistencia como el caso de Yiye Avila que ostenta sus
ayunos, ese tipo de ayuno religioso sirve para la vanagloria unicamente.
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EL AYUNO Y LA
DESINTOXICACION
Dr. José Luis Pérez Albela Beraún C.M.P. 18164
INTRODUCCION
Todas las
civilizaciones de cualquier época, y todas las religiones, han incluido dentro
de su cultura y prácticas algunos días de ayuno. El ayuno ha tomado parte de la
vida diaria en la humanidad desde siempre, especialmente en los momentos
rituales. La cuaresma no es más que un recuerdo de aquellos tiempos. El ayuno no
es nada nuevo en la sociedad humana, desde hace miles de años culturas tanto de
oriente como de occidente tenían integrados diferentes periodos de
ayuno.
El ayuno era practicado regularmente por Aristóteles y Platón
para alcanzar la eficacia mental y física, Pitágoras ayunó 40 días, inclusive,
sugería a sus alumnos que antes de iniciar sus enseñanzas también lo hicieran.
Plutarco afirmaba que "en lugar de emplear medicinas era preferible ayunar".
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, hay diversas alusiones al ayuno
prolongado de Moisés, David, Elías, Nehemías, Daniel, Juan, Jesús y los
apóstoles.
El ayuno era una práctica religiosa para los aztecas, mayas,
los Incas del Perú y otras tribus y culturas americanas, también lo practicaban
en las Islas del Pacífico y se han encontrado evidencias del ayuno en China y
Japón mucho antes de su contacto con el Budismo.
Mientras el líder
nacionalista hindú, el Maestro Mahatma Ghandi, comprendió el valor terapéutico
del ayuno y frecuentemente ayunaba para estos propósitos también lo hacía como
"purificación" o ayunos de penitencia y por razones políticas con las que
confrontaba a Inglaterra como mecanismo de presión para que acceda a sus
demandas. Él inclusive ayunó por la purificación de India dejando de lado sus
razones de limpieza personal.
En palabras de Pedro Laín Entralgo, gran
especialista en Historia de la medicina y en Antropología médica: " A comienzos
del siglo XIX....Vigente desde los hipocráticos, la restricción alimentaria en
las enfermedades agudas seguía siendo la regla..." (Historia de la Medicina,
pág.534. P. Laín Entralgo. Masson-Salvat)
En el libro "Ayuno: La Dieta
Máxima", escrita por Dr. Alan Cott, él dice: "Debemos devolver el ayuno al sitio
que ocupó en una antigua jerarquía de valores 'que están por encima de la
medicina'. Tenemos obligación de redescubrirlo y restaurarle su honor porque
es una necesidad. Un ayuno benéfico de varias semanas, como se practicaba en
los primeros días de la Iglesia, era para dar fuerza, vida y salud al cuerpo y
al alma de todos los cristianos que tenían el valor de practicarlo." Por
ello, debemos de entender el ayuno más que como un tratamiento, tanto más que el
hombre no es únicamente cuerpo, ni únicamente espíritu, ambos unidos y la
consecución del bien exclusivo del uno y no del otro, destruiría el equilibrio;
en consecuencia el interés verdadero del hombre exige la armonía entre el cuerpo
y el alma y su asociación, por tanto, el ayuno ha sido siempre utilizado en la
triple vía de "limpieza" corporal, descontaminación mental y claridad
espiritual.
¿QUE ES EL
AYUNO?
"Los alimentos
en la convalecencia fortalecen, en la enfermedad debilitan" (Aforismo
Hipocrático)
El organismo sano tiene siempre un depósito de reservas
nutritivas necesarias que le ayudan a salir del apuro cuando se encuentra por
necesidad durante varios días o semanas sin alimentos. Durante el ayuno el
organismo puede curarse y normalizarse a sí mismo con más rapidez y eficacia. Se
pone al día en los retrasos de eliminación de sustancias de desecho y tóxicas y
en la reparación de tejidos y órganos.
Con el ayuno el cuerpo no deja de
alimentarse ya que se alimenta de sus propias reservas. Se alimenta de su propio
interior. Mientras existen reservas almacenadas en el cuerpo hablamos de ayuno.
Cuando las reservas se agotan, el cuerpo comienza a digerir las partes y órganos
más vitales. Este periodo es conocido como inanición. La inanición no aparece,
en una persona con una constitución más o menos normal, antes de las cuatro
semanas.
Sólo en personas "consumidas" por un proceso de enfermedad o la
anorexia, por ejemplo, el periodo de inanición aparece antes. Rara vez le
damos unas vacaciones al aparato digestivo. Los órganos digestivos se ven
sobrecargados de trabajo por el exceso de una alimentación no adecuada. El ayuno
es una buena manera de "dar vacaciones" a todos los órganos digestivos,
incluidos el hígado y el páncreas.
Los animales y los niños ayunan por
instinto, dejan de comer cuando sus energías son necesarias en la
desintoxicación y en relación. Ayunan en la enfermedad y en los
accidentes. Cuando hay una crisis de desintoxicación (enfermedad aguda), un
dolor físico y también cuando la persona se encuentra cercana a la muerte, son
momentos buenos para ayunar. En esos momentos, con frecuencia, no hay ganas de
comer, se pierde el apetito. La persona incluso puede incluso sufrir vómitos. El
cuerpo rechaza la comida y si comemos aumentamos el sufrimiento.
En la
naturaleza, en el medio silvestre o salvaje son muy frecuentes los periodos de
ayuno. "Hay un momento para cada cosa, un momento para comer y un momento para
ayunar". Los animales que hibernan (oso, marmota, lirón) se pasan largos
periodos sin ingerir alimentos, sólo asimilando las sustancias nutritivas
acumuladas en sus células, tejidos y órganos. Las semillas asimilan sus propias
reservas para germinar o brotar en la primavera. En el ayuno hay una
autolisis, proceso mediante el cual el cuerpo se alimenta de sus propias
reservas.
Al contrario de lo que puede parecer, en el ayuno no se pasa
hambre. Después de muchos años asesorando ayunantes no he visto que la persona
pase hambre. Cuando se mantiene la sensación física de hambre apenas dura más de
unas horas. Pocas veces dura 24 a 36 horas como máximo. En el momento que el
cuerpo hecha mano de sus grandes recursos grasos desaparece la sensación de
hambre. Más adelante no hay sensación hambre durante el ayuno, aunque algunas
personas sienten algo así como "hambre psicológica". Incluso, aunque parezca
mentira, hay muchas personas que mientras ayunan disfrutan de ver comer a otros
o de hablar de comida o recetas. Todo depende del carácter de la persona, así
como de la predisposición y los motivos para hacer el ayuno.
Por la
noche, descansamos, dormimos y ayunamos. Durante el día gastamos nuestra energía
en la actividad de vigilia, en el movimiento, en la actividad laboral, en
nuestros problemas emocionales, en nuestros pensamientos, etc. Por la noche el
cuerpo descansa y toda la energía de esas horas de reposo y ayuno se dirige
hacia la recuperación, eliminación, y regeneración de lo gastado durante el
día.
El cuerpo se gasta y se consume de día, y se recupera de noche.
Durante la noche, las fuerzas formadoras regeneran y reconstruyen el
organismo. Los niños pequeños que necesitan mucha energía para sus procesos
metabólicos y de crecimiento, duermen mucho. El cuerpo recupera en el descanso
de la noche lo que gastamos y "enfermamos" durante el día, y durante ese periodo
el cuerpo descansa físicamente, y también descansa fisiológicamente. Proceso
éste último que conocemos como periodo de ayuno y que termina con el desayuno
(des-ayuno).
Por la noche trabajan más las fuerzas de desintoxicación y
regeneración, durante el día las fuerzas orgánicas están centradas en otras
actividades: el movimiento, el trabajo, la relación con el mundo que nos rodea,
la relación con los demás (incluidas las relaciones sexuales).
Cuando
hablamos de ayuno nos referimos al periodo en el que nos mantenemos a agua, sin
ninguna ingestión de otros alimentos. No olvidemos, de todas maneras, que el
agua es una forma de "alimento". Si nos mantenemos a frutas o zumos
hablaríamos de dietas de frutas o zumos. Y si nos mantenemos a frutas y
ensaladas (con verduras crudas) hablaríamos de una dieta de
desintoxicación.
¿QUÉ SUCEDE EN
NUESTRO CUERPO MIENTRAS SE AYUNA?
El ayuno a
agua o ayuno hídrico consiste en mantener al cuerpo bebiendo agua mientras el
organismo se alimenta de sus propias reservas. En las primeras horas del
ayuno el cuerpo consume el azúcar (glucosa) en la sangre y la almacenada en el
hígado y los músculos. Posteriormente vive de transformar primero sus grasas y
finalmente las proteínas.
El organismo no deja de comer sino que
utilizamos los alimentos almacenados en sus propias células. Solamente después
de varias semanas el cuerpo consume todas las reservas y puede reaparecer la
sensación de hambre, aunque a veces no aparece. Contrariamente a la idea que
tenemos, el ayuno es más fácil de llevar de lo que imaginamos pues la sensación
de hambre física desaparece el 1º ó 2º día de ayuno. Incluso se acompaña de
sensación de tener el estómago lleno. Solamente puede haber cierto recuerdo
psicológico de la comida. Los animales y los niños por su propio instinto dejan
de comer cuando están enfermos. El organismo indica que no es momento de
introducir comida sino de eliminar las sustancias de desecho y los residuos
tóxicos acumulados con el tiempo. Es un tiempo de eliminación y "limpieza"
interna. Algo así como cerrado por limpieza e inventario.
El ayuno no es
en sí una terapia, es la mejor manera de poner en descanso fisiológico el
organismo. El ayuno realmente no cura, es el cuerpo el que se cura mientras
ayunamos. Siempre el poder de curación es algo inherente al organismo vivo y
ningún medicamento o médico puede llevarse los laureles de la curación. La
curación es una cualidad del ser vivo, que mantiene en si mismo una parte de la
capacidad curativa de la naturaleza. La curación es un proceso biológico y el
ayuno posibilita que el cuerpo ponga en marcha todos los mecanismos de
desintoxicación (limpieza) y regeneración. Cuando una persona ayuna no gasta
energía en el proceso de digestión y asimilación de nutrientes y esa energía que
ahorra la invierte en los procesos de eliminación y autocuración. Todo ello lo
hace guiado por la inteligencia somática, esa misma inteligencia que hace que
nuestro corazón lata, de día y noche, que nuestros riñones filtren la sangre de
desechos o que el hígado tome las sustancias necesarias para reconstruir el
cuerpo y sus funciones y neutraliza las sustancias tóxicas ingeridas, y todo
ello sin que mentalmente o conscientemente tengamos que decirle como
hacerlo. Esos mismos órganos, al no tener que trabajar en la digestión y
asimilación de alimentos, recanalizan su energía hacia los procesos de curación.
En resumen el ayuno no cura, es el cuerpo como organismo vivo que es el que pone
en marcha todos los procesos de autocuración mientras ayunamos. Ocurre con
cierta frecuencia que al ayunar aparecen síntomas de desintoxicación y curación
que con frecuencia confundimos con enfermedad: nauseas, a veces vómitos, dolor
de cabeza, sensación de lengua blanca, boca pastosa, orina muy oscura y olorosa.
Todos estos síntomas indican que el cuerpo esta en proceso de limpieza. Lo mismo
le ocurre a un alcohólico o toxicómano cuando deja de beber o utilizar la droga,
su cuerpo entra en un proceso de limpieza al que llamamos síndrome de
abstinencia. Cuando la persona deja de tomar alcohol, café, fritos, grasas,
embutidos, conservas, sal, y va comiendo menos o deja de comer pueden surgir los
síntomas dichos que no son más que procesos de desintoxicación o limpieza que
confundimos con síntomas de enfermedad. Estos síntomas muestran la capacidad
de respuesta del organismo dirigido a eliminar la sustancias de desecho y
tóxicos ingeridos en forma de estos "comestibles", y le llevamos asi ya que a
muchos de ellos no podemos llamarles alimentos. Curiosamente los síntomas
que hemos visto, y que pueden aparecer en un ayuno, son los mismos síntomas que
surgen en las situaciones opuestas al ayuno, el "empacho", por exceso de comida
y bebida.
Es el descanso, quizás, la fuerza más curativa de la naturaleza
y el ayuno es una forma de descanso, el descanso fisiológico. El cuerpo no gasta
energía en la digestión, asimilación de alimentos y nutrientes y la energía
ahorrada en el ayuno la invierte para autocurarse. Es necesario que el ayuno
se haga en unas condiciones adecuadas: en un lugar tranquilo, en un ambiente
relajado, donde no te presionen para que comas. En contacto con la naturaleza si
es posible ya que de esa manera nos podemos "alimentar" del contacto de la
tierra y la naturaleza, con el agua, el aire y el sol, ya que en el sentido más
profundo de la palabra los 4 elementos de la Naturaleza nos
"alimentan".
Hablamos de ayuno en esta sociedad, aquí y ahora, porque
normalmente comemos en exceso e ingerimos muchas sustancias que se pueden comer
y beber pero que no nos nutren ni nos sientan bien. Después de largas temporadas
de comer mucho o en exceso viene bien un descanso, un pequeño ayuno. Otras veces
ante una crisis: catarro, anginas, bronquitis, vómitos, diarrea... que muchas
veces no son más que crisis curativas o reacciones de limpieza y regeneración
orgánica e incluso psicológica y emocional, el mismo cuerpo nos dice que dejemos
de comer, se nos quita el hambre. Este es un buen momento de ayunar, el cuerpo
no necesita introducir sustancias, necesita eliminar las que le están siendo
perjudiciales. Lo único que nos pide muchas veces es agua, desaparece el hambre,
se mantiene la sed, es momento de beber pero no de comer. Hay ocasiones en las
que no se recomienda ayunar por ej: en algunas enfermedades muy graves: cánceres
extendidos, verdaderas enfermedades graves del corazón, insuficiencia renal. En
estos procesos, y especialmente cuando nos da miedo el ayuno, puede ser
aconsejable estar unos días a frutas o ensaladas, o alimentos crudos, y de esta
manera el organismo tiene también un gran poder de limpieza y regeneración. Si
además queremos o tenemos que seguir cierto ritmo de actividad diaria es
preferible mantenernos a crudos (frutas, ensaladas, zumos de fruta, jugos de
verduras), ya que el ayuno produce generalmente una interiorización de la
energía. Durante el ayuno los órganos internos tienen más energía pero los
músculos exteriores se quedan con poca energía durante el ayuno. Hay cierto
sentimiento de cansancio y necesidad de descansar y llevar un ritmo más bien
lento. El descanso es imprescindible durante el ayuno, especialmente en las
personas con poca energía.
Aconsejamos llevar a cabo el ayuno en un
periodo tranquilo. Igualmente, si descansamos mucho nuestro cuerpo ahorra
energía que la "invierte" (la lleva hacia dentro) hacia el proceso de
desintoxicación y autocuración. Además es igualmente imprescindible no tomar
medicamentos o fumar durante el ayuno. A la hora de eliminar medicamentos y para
evitar problemas recomendamos consultar antes a un médico experto en ayunos y
dietas de desintoxicación.
Para resumir recordamos que el ayuno no cura,
es el organismo vivo, nuestro cuerpo, el que se cura cuando estamos
ayunando.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
- El Ayuno, una nueva forma de vivir, Dr. Allan Cott con Jerme Agel, Eugene
Boe, Ed. Altalena
- Toxic Relief, Dr. Don Colbert M.D., Ed. Siloam Press, E.E.U.U. 2001
- La Salud por el Ayuno, Prof. José Abentin, Ed. Kier, Buenos Aires
- Ayuno y salud. El método suave de las etapas, Désiré Mérien, Ed. Puertas
abiertas a la nueva era, Palma de Mallorca, 1979.
- Rejuvenecer por el ayuno. Guía médica para que Ud. mismo pueda hacer un
ayuno, Hellmut Lützner, Integral Edicions, Barcelona, 1987.
- El ayuno. Curas de hambre y de sed (en Curso de Medicina Natural en cuarenta
lecciones), Eduardo Alfonso, Ed. Kier, Buenos Aires, 11ª edición, 1995.
- Las curas de ayuno, un modo de luchar contra las dolencias de la
civilización (en El pequeño Doctor. Consejos útiles para mejorar su salud),
Alfred Vogel, Ed. Ars Medica, Barcelona, 2ª ed. en español, 1997.
- Desintoxicación mediante el ayuno (en Enciclopedia de Medicina Natural),
Michael Murray &Joseph Pizzorno, Ediciones Tutor, Madrid, 1997.
- La cura de savia y zumo de limón, K. A. Beyer, Ediciones Obelisco,
Barcelona, 31ª edición, 1999
- Curación por el Ayuno, Dr. Otoman Zar-Adusht Ha´nish, ENCICLOPEDIA NATURISTA
MAZDAZNAN, Madrid 1988.
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