La Revelación de Yeshúa, el Cristo, dice que Satanás está engañando al mundo entero (Ap.12:9). Una de esas mentiras que Satanás utiliza para engañar al mundo es la doctrina de la inmortalidad del alma. Esta fue la primera mentira que Satanás utilizó para engañar a la especie humana.

Cuando la serpiente antigua (el Diablo, Satanás) le dijo a Eva "NO MORIRÉIS" (Gén.3:4), lo que la estaba diciendo es que ellos, si pecaban, serían almas inmortales, Sin embargo, Adán y Eva desobedecieron a Dios, y murieron, tal como les aseguró el Señor (Gén.2:17, 5:5), y entonces ellos volvieron al polvo de la tierra de donde fueron hechos (Gen.3:18), es decir, dejaron de existir, ya que volvieron a la misma condición de inexistencia que Adán tenía antes de que Dios lo creara del polvo de la tierra.

Sin embargo, con el paso de los siglos, esta primera mentira de Satanás al ser humano, la doctrina de la inmortalidad del alma, se extendió por todo el mundo, siendo aceptada por todas las religiones falsas.

Hoy en día la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma no solo es enseñada por todas las religiones falsas del planeta, ¡sino que también es enseñada por millones de "cristianos" de diferentes iglesias o sectas!. Esta doctrina diabólica es todo lo contrario de lo que dice el Señor, pues el Señor dice que el alma MUERE: "el ALMA que pecare, esa MORIRÁ" (Eze.18:4, 20 ,etc.). Si el alma fuera inmortal, ¡entonces el Señor habría mentido, al decir que muere! Por lo tanto, decir que el alma es inmortal, ¡es llamar mentiroso al propio Dios!

Miles de falsos maestros y de apóstatas en la fe pretenden hacernos creer que cuando el cristiano muere, su alma va al cielo, para recibir la corona de gloria. Sin embargo, en este sencillo estudio bíblico vamos a desenmascarar esa gran mentira, y a conocer la verdad. Pero antes de conocer esta gran verdad, vamos a decir algo sobre el apóstol Pablo.