"Y IEVE iba delante
de ellos de día en una columna de nube para
guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego, a fin de que
anduviesen de día y de noche" (Ex.13:21).
Sin
embargo, ¡no era el IEVE supremo quien iba dentro de esa "nube"
voladora guiando a Israel por el desierto, sino el ÁNGEL de IEVE!, tal como leemos en Éxodo 14:19
"Y el ÁNGEL DE DIOS
que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba
en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se
apartó y se puso a sus espaldas".
Este
Ángel de Dios que iba dentro de esa "nube" voladora es llamado IEVE:
"Aconteció a la vigilia de la mañana, que IEVE MIRÓ EL CAMPAMENTO DE LOS EGIPCIOS DESDE LA COLUMNA DE FUEGO Y NUBE, y trastornó el campamento de los egipcios"
(Ex.14:24).
Ahora
bien, ¿por qué este Ángel de IEVE se llamaba también IEVE?, pues muy sencillo:
porque el nombre del IEVE Padre está en él:
"He aquí yo envío mi ÁNGEL delante de ti para que te guarde en el camino, y te
introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su
voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él."
(Ex.23:20-21).
Era Dios el Padre quien hablaba por medio de los profetas (Heb.1:1-2) pero quien se aparecía a los seres humanos no era el Padre, sino el ángel de IEVE, el cual también se llama IEVE.
3- En Juan 5:37 Jesús les dijo a los judíos que ellos jamás oyeron la voz del Padre ni visto su aspecto. Esto es así, la voz del Padre jamás fue oída antes de la venida de Jesús, ni tampoco vieron su aspecto (Jn.1:18). La voz del Padre se oyó por PRIMERA VEZ cuando Jesús fue bautizado en el río Jordán, fue entonces cuando se oyó la voz del Padre diciendo que Jesús era su Hijo amado. Esto es importante, era Dios el Padre quien hablaba por medio de los profetas, pero la VOZ del Padre jamás fue oída por los seres humanos, sino que se oyó por primera vez con el bautismo de Jesús:
Mat 3:16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Mat 3:17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.