EL APOSTATA CAMILO NAVARRO DESENMASCARADO
Hoy domingo, en la sala de charlas biblicas, volveré a tener el debate en público con el apostata Camilo Navarro, porque la grabación en audio de ayer fue pésima, se oía fatal.
Como sabeis, Camilo Navarro ha apostatado completamente de la verdadera fe. La sinagoga de Satanás le ha hecho creer que los escritos del Nuevo Testamento son falsos, dice que fueron escritos a partir del siglo 4, por orden del emperador romano Constantino. Camilo Navarro también ha dejado de creer que Jesús es el Mesías, el Cristo, y también ha dejado de creer en la resurrección de Jesucristo, enseñando que todo ello son cuentos mentirosos, fábulas, inventadas a partir del siglo 4 por los paganos, por lo tanto, lo que le espera a este apostata y al resto de mentirosos como él es el lago de fuego, donde irán a parar todos los MENTIROSOS.
Seguidamente os voy a dar las pruebas irrefutables que desenmascaran la mentira de Camilo y de la sinagoga de Satanás. Podreis ver en la siguiente infromación como los escritos del Nuevo Testamento ya eran conocidos y leídos por los cristianos de los siglos 2 y 3, es decir, ¡CASI DOS SIGLOS ANTES DE QUE EXISTIERA EL EMPERADOR CONSTANTINO Y EL OBISPO EUSEBIO DE CESAREA!,
Como veremos, los llamados "padres apostólicos", que vivieron en el siglo 2, citaron practicamente todos los libros del Nuevo Testamento que nosotros conocemos. Los padres de la iglesia que vivieron en el siglo 3 también citaron todos los libros del Nuevo testamento. Por lo tanto, lo que Camilo Navarro y la sinagoga de Satanás enseñan, de que el emperador romano Constantino, que vivió en el siglo 4, ordenó que se escribieran los libros del Nuevo Testamento, es una espantosa mentira, una gran calumnia fruto de la maldad e ignorancia de estos descerebrados e hijos del diablo.
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La literatura cristiana de fines del siglo I y del
siglo II atestigua lo mismo. Según la Didajé 8,2, es el mismo Señor el que
habla y ordena en el Evangelio. San Clemente Romano afirma que San Pablo,
divinamente inspirado, escribió a los Corintios [Cf. Epist. 1 ad Cor 47,3.]. La
Epístola de Bernabé también cita Mt 22,14 con la fórmula empleada ordinariamente
para citar el Antiguo Testamento: “gégraptai” = “está escrito” [Epíst. Bernabé
4,14; cf. F. Funk, Patres Apostolici I (Tubinga 1901) p. 49.]. Los escritos de
los Padres apostólicos San Ignacio Mártir y San Policarpo están llenos de citas
y de alusiones tomadas de los evangelios y de las epístolas paulinas, lo cual
indica la gran veneración y reverencia que tenían de estos
escritos.
1. Formación del canon del Nuevo Testamento hasta el año 150.- Losescritos del Nuevo Testamento, por haber sido en su mayoría escritos dirigidosa comunidades particulares, no fueron conocidos inmediatamente por toda la Iglesia cristiana. Sinembargo, ya tenemos desde los primeros tiempos de la Iglesia testimonios degran valor que demuestran la existencia de estos escritos sagrados. Las citasque nos han transmitido los Padres apostólicos no suelen estar hechas literalmente,por lo cual resulta a veces difícil determinar de qué libro del NuevoTestamento han sido tomadas. Hacia finales del siglo II encontramos yatestimonios explícitos, e incluso un catálogo de Libros Sagrados del NuevoTestamento, como veremos después.
b) Los Padres apostólicos no suelen citar los Libros Sagrados del NuevoTestamento por los nombres de sus autores. Pero sus escritos están plagados decitas y de alusiones al Nuevo Testamento, de tal modo que sus testimonios sonconsiderados como ciertísimos. En los escritos de dichos Padres se encuentrancitas de casi todos los Libros del N. T., si exceptuamos las epístolas deFilemón y 3 Jn 14 [Todas las citas y alusiones a los libros del N. T. que seencuentran en los Padres apostólicos han sido recogidas por F. X. Funk, Patresapostolici (Tubinga 1901). Cf. J. B. Lightfoot, The Apostolic Fathers (Londres1890, primera parte; 1889, segunda parte); B. Steidle, Patrologia seu historiaantiquae litteraturae ecclesiasticae (Friburgo 1937); B. Altaner, Patrologie(Friburgo 1950). También se puede consultar la obra The N. T. in the ApostolicFathers, editada por un comité de la Oxford Society de Teología histórica (Oxford1905).]
La Didajé (hacia el año 90 d.C.) cita frecuentemente a Mt, y parece conocer a Lc, 1 Tes, 1 Pe, Jds, yquizá Jn y Act 15.
San Clemente Romano (hacia 96) emplea Mt, 1-2 Tim, Tit, Hebr, y probablemente Lc, Act, 1 Cor, Rom, 1-2 Pe, Sant.
Epístola de Bernabé (hacia 98) cita a Mt, Rom, Col, 2 Tim, Tit, 1 Pe, y probablemente también conocía Jn.
San Ignacio de Antioquia (año 107) emplea en sus escritos Mt, Lc, Jn, Act,1 Tes, Gál, 1 Cor, Rom, Col, Ef, Hebr.
San Policarpo (hacia el año 108) alude en su carta a Mt, Mc, Lc, Jn, Act,2 Tes, Gál, 1-2 Cor, Rom, Col, Ef, Fil, 1-2 Tim, Hebr, Sant, 1 Pe, 1 Jn.
Papías (hacia 110) es el primero que da los nombres de los autores de Mt,Mc, Jn, y refiere algo acerca del origen de los evangelios. También conocía 1Pe, 1 Jn, Apoc.
El Martyrium Polycarpi (hacia 150) se sirve de Mt, Jn, Act, Apoc y quizá Jds.
El Pastor de Hermas (hacia 140- 155) hace uso de Mt, Mc, Lc, Jn, Act, 1Tes, 2 Cor, Rom, Ef, Fil, Hebr, Sant, 1-2 Pe, Apoc.
c) Los apologistas todavía nos han transmitido testimonios mucho más claros sobre los libros del Nuevo Testamento. Al tener que defender las doctrinas cristianas contra los ataques de los infieles y de los herejes, recurren con frecuencia a citaciones de los escritos sagrados.
Arístides Ateniense (hacia 140), en su Apología c. 15, narra la VIda de Jesús, y afirma quela venida de Jesucristo puede ser conocida por los escritos evangélicos.También cita Mt, Jn, Act, Rom, 1 Tim, Hebr, 1 Pe.
San Justino (año 150-160) es el primer escritor antiguo que nos habla del uso litúrgico del Nuevo Testamento en las reuniones de los cristianos. “Y en el día llamado domingo -dice él-, todos los que VIven en las ciudades o en el campo se reúnen en un lugar, y ante ellos se leen las memorias de los apóstoles o las escrituras de los profetas mientras el tiempo lo permite”[Cf. Apología I 67,3s: MG 6,429. En esta Apol. I
66 advierte que con la expresión “memorias” quiere designar los
evangelios y afirma que estas “memorias” fueron escritas por los
apóstoles y por los discípulos de los mismos (Diál. con Trif. 103: MG 6,717).]. Las“memorias de los apóstoles” son los Evangelios, según los demás escritos de San Justino. Cita con frecuencia los evangelios de Mt y Jn. Habla también explícitamente del Apocalipsis, atribuyéndolo a San Juan Apóstol. Conoce igualmente Act y todas las epístolas de San Pablo, Sant, 1-2 Pe, 1 Jn.
2. El canon del Nuevo Testamento desde el siglo II hasta el siglo IV.- Los testimonios que poseemos de este período en favor de los Libros Sagrados del Nuevo Testamento son clarísimos y de gran importancia.
Taciano Siro (hacia el año 172), sirviéndose de los cuatro evangelios,compuso una obra llamada Diatessaron. Era una armonía evangélica que se divulgó mucho. Las Iglesias de Siria lo usaron hasta el siglo V. Taciano conoce también Act, 1 Cor, Rom, Hebr, Tit, Apoc.
Epístola de las iglesias Lugdunense y Vienense (hacia 177), que nos demuestraque en la Galia eran conocidos Lc, Jn, Act, Rom, Ef, Fil, 1 Tim, 1 Pe, 1 Jn, y muy probablemente Hebr, 2 Pe, 2 Jn. Es citado el Apoc como “Escritura”.
San Teófilo Antioqueno (hacia el año 180) considera a los evangelistas como inspirados, y cita a Mt y Lc. También afirma que Juan, el “Pneumatóforo”, fue el autor del cuarto Evangelio. Se sirve de casi todas las epístolas de San Pablo, y en algunos lugares cita la epístola a los Rom y la 1 Tim con la fórmula: “la palabra divina” (gr. “ho theios logos”).
San Ireneo (año 175-195) enseña que los escritos del Nuevo Testamento son de origen apostólico [Adv. Haer. 3, Praef.]. Los evangelios fueron escritos por San Mateo en hebreo, por San Marcos, el intérprete de San Pedro; por San Lucas, el compañero de VIajes de San Pablo, y por San Juan, el discípulo amado del Señor [Cf. Adv. Haer. 3,1; 3,11,8; W. Sanday - C. H. Turner - A. Souter, novun testamentum s. Irenaei episcopi lugdunensis: old-latin biblical texts 7 (oxford 1923); w. L. Duliére, Le Canon néotestamentaire et les écrits chrétiens approuvés par Irénée:La Nouvelle Clio 9 (1954) 199-229.]. En sus escritos, San Ireneo cita o alude a todos los libros del Nuevo Testamento, aexcepción de la epístola a Filemón, la 2 Pe, la 3 Jn y la de Jds.
Tertuliano (año 160-240) combate a Marción, echándole en cara que, no siendo cristiano, no tenía derecho alguno a hacer uso de las escrituras cristianas [De praescr. 37.].Afirma que hay cuatro evangelios, a los que llama “instrumento evangélico”. Dos fueron escritos pos apóstoles, San Mateo y San Juan, y los otros dos por hombres apostólicos, San Marcos y San Lucas [Cf. Contra Marcionem 4,2 y 5.]. También cita directamente los Act y trece epístolas paulinas [De ieiunio 2 y 10; Contra Marc. 4,5; 5,19.]. La epístola a los Hebreos la atribuye a Bernabé [De pudic. 20.]. Aduce, además, la 1 Pe, la 1 Jn, Jds y el Apoc [Cf. De oratione 20; De pudic. 19.20; De cultu fem. 1,3; De praescr. 33.]. Es dudoso si hace referencia a la epístola de Sant [Cf. Scorpiace 12.]. No alude a la 2 Pe ni a la 2 y 3 Jn.
Fragmento de Muratori (de fines del s. II). Fue hallado en la Biblioteca Ambrosiana de Milán por L. A. Muratori (+1750) y editado por el mismo en el año 1740 [Cf. L. A. Muratori, Antiquitates Italicae Medii Aevi III (Milán 1740) 851-854; H. Lietzmann, Das muratorische Fragment und die Monarchianischen Prologe zu den Evangelien (Borm 1908) p. 3-11; T. Zahn, Miscellanea II. Hippolytus der Verfasser des Muratorischen Kanons: Neue kirchliche Zeitschrift 33 (1922) 417-436.].Contiene el catálogo más antiguo, hasta hoy conocido, de los libros del NuevoTestamento. Al principio está mutilado, por lo cual se ha perdido la referencia que hacía de los evangelios de Mt y Mc. En la forma actual habla de Lc, Jn,Act, 1-2 Cor, Gál, Rom, Ef, Fil, Col, 1-2 Tes, Flm, Tit, 1-2 Tim, Jds, 1-2 Jn,Apoc, 1 Pe. No son nombradas las epístolas a los Hebr, Sant y la 2 Pe.
Desde principios del siglo III hasta la primera mitad del siglo IV, los testimonios de la Tradición,referentes al canon del Nuevo Testamento, son clarísimos y de gran valor. La mayor parte de las dudas existentes anteriormente desaparecen. Los escritores de este período tanto del Oriente como del Occidente se muestran en general acordes sobre el canon de Libros Sagrados del Nuevo Testamento.
Clemente Alejandrino (hacia el año 180-202). Eusebio afirma, hablando de Clemente Alejandrino, que “en los libros de las Hypotyposes teje una compendiosa narración de todas las Escrituras de ambos Testamentos” [Hist. Ecc.6,14.]. De donde se puede deducir que conocía todos los libros del Nuevo Testamento, incluso el Apocalipsis. Se duda si conocía las epístolas 2-3 Jn y la 2 Pe.
Orígenes (+254) era hombre muy versado en ciencias bíblicas y había recorrido todas las Iglesias principales de aquella época: las de Roma,Alejandría, Antioquia, Cesarea, Asia Menor, Atenas, Arabia. Por todo lo cual constituye un testimonio de máxima importancia y autoridad. Admite todos los 27 libros del Nuevo Testamento, considerándolos como canónicos [Cf. A. Merk, Origenes und der Kanon des A. T.: Bi 6 (1925) 200-205.]. Aunque conoce las dudas de algunos escritores de aquella época acerca de la canonicidad de 2Pe, de 2-3 Jn y de Jds, sin embargo, no hace caso de ellas y admite en su canon todas las epístolas. Por el contrario, conociendo igualmente los apócrifos, no los recibe en el canon de los Libros Sagrados- Cf. A. Merk, Origenes und derKanon des A. T.: Bi 6 (1925) 200-205.
San Hipólito Romano (+hacia 258-260). Tiene mucha importancia su testimonio por ser intérprete excepcional de la Iglesia romana. En sus escritos, San Hipólito cita todos los libros del Nuevo Testamento, exceptuando las epístolas de Flm, 2 y 3 Jn. El Fragmento de Muratori, que diversos autores atribuyen a San Hipólito [Cf. J. B. Lightfoot.en The Academy 2 (1889) 186-188.205; TH. H. Robinson, The Authorship of theMuratorian Canon: The Expositor 7,1 (1906) 481-495; Th. Zahn, Hippolitusder Verfasser des Muratorischen Kanons: Neue kirchliche Zeitschrift 33 (1922)417-436; S. Ritter, Il frammento Muratoriano: Rivista de Archeologia Cristiana3 (1926) 215-263; M. J. Lagrange, Histoire ancienne du Canon du N. T.p.66-84.], contiene todos los libros canónicos del Nuevo Testamento, menos la epístola a los Hebr, Sant y 2 Pe.
Novaciano (hacia el año 250) fue un presbítero de la Iglesia de Roma que posteriormente cayó en la herejía. En sus escritos se sirve de todos los libros del Nuevo Testamento, a excepción de la epístola a los Hebreos.
San Cipriano (+258), obispo de Cartago, cita diez epístolas paulinas, la 1 Pe, la 1 Jn y el Apocalipsis. No menciona la epístola de Flm y duda del origen de la epístola a los Hebr.
Canon Mommseniano, (de hacia el año 259) proviene de la Iglesia de África, y menciona veinticuatro libros del Nuevo Testamento. Omite las epístolas a los Hebr, la de Sant y la Jds.
San Dionisio de Alejandría (+264) admite todos los libros del NuevoTestamento, aunque no cita la 2 Pe y la de Jds. Y con el fin de oponerse al error milenarista, que se apoyaba en Apoc 20, negó que el autor del Apoc fuese el apóstol San Juan. Negaba, por consiguiente, la autenticidad, pero no la canonicidad del Apocalipsis.
Por los testimonios que acabamos de citar, no resulta difícil observar que en el siglo III casi todos los libros del Nuevo Testamento eran recibidos en el canon. En Occidente se duda de la canonicidad de las epístolas de Sant, 2Pe y Hebr, y por eso a veces son omitidas. En Oriente todavía hay bastantes escritores que dudan de las cinco epístolas católicas menores: Sant, 2 Pe, 2-3 Jn y Jds.
Gracia y paz