Señor Tito Martínez, he leído parte de su artículo, y me ha parecido muy impulsivo, es como si deseara que Rusia volviese a imperar, no sólo en Uccrania, sino en todos los territorios independientes que fueron parte del imperio ruso. Con respecto a los trágicos acontecimientos que está viviendo esa república, no le puedo dar la razón, ya que la culpa de los sucesos cruentos no fueron originados por el pueblo ucraniano, sino por su expresidente "huído" y su camarilla, que en connivencia con el régimen moscovita han pactado la vuelta a Rusia de la península de crimea y de algo más inconfesable, donde se encuentra la ciudad de Yalta, famosa por las conferencias internacionales y lugar de veraneo de los altos derigentes de la ex Unión Sovietica..Con esta reflexión quiero dejar sentado que Rusia no pudo resignarse a perder más de cinco millones de kilómetros cuadrados, cuyo motivo necesitó la ayuda (es una sospecha que entra en la lógica de los acaecidos y presentes hechos del país que nos ocupa) del personal cualificado y dirigente del Gobierno anterior. ¿Cómo cree usted posible que una nación que hace pocos años se independizó mediante un referendum, quiera justificar una invasión sagrienta de una potencia militar muchísimo mayor que la suya? Sabe ese pueblo que su soberanía política podría desaparecer a manos del ejército ruso. Por esto mismo no es verosímil la propaganda rusa.
Putín y sus aliados tratan de crear en la opinión pública un estado psicológico que les favorezca, haciendo ver que los panrusos o prorusos son víctimas de la "agresión" ucraniana, Nada de esto puede ser verdad, ya que a quienes interesa el desmenbramiento --y que corra la sangre, incluso inocente-- de la República de Ucrania, para así demostrar quién tiene la fuerza y la voluntad en los destinos de los pueblos emancipados, precisamente, del imperio roso. No es justo ni cabal defender a los agresores y desear que triunfen éstos. Si triunfaran, las consecuencias serían terribles para todos, incluido usted. A lo largo de la historia siempre ha ocurrido lo mismo: El agresor que gana impone brutal e irracionalmente la guerra de conquista: Alejandro Magno, Julio César, Atila, Carlomagno, Gengis Kan, Carlos V, Solimán, Napoleón, Hitler, Mussolini, Mao; el imprio inglés, el español, el portugués... Aquéllos y éstos se valieron de la agresión triunfante, ¿y qué dejaron a los pueblos que pisaron con sus ejércitos? Ruina, incultura, racismo y otras bárbaras y espelugnantes costumbres. Pues esto es lo que dejarían Putín y sus aliados, si ganaran.
Pensador27