En el Nuevo Testamento se enseña bien claro que son los verdaderos hijos de Dios los que tienen la unción de Dios:
1Jn 2:20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
Imaginaos al apostol Juan diciendo que los zapatos, o los calzones, o los gayumbos de los creyentes tenían la unción del santo.
En fin, esos hijos del diablo pentecostaloides son sencillamente unos embusteros y unos farsantes, y lo que les espera al final es el terrible lago de fuego si antes no se arrepienten.