Según un reciente descubrimiento el gen WMAT2 se relaciona directamente con la actitud que tiene el ser humano para rendir adoración; con estos estudios adelantos por evolucionistas, aunque no lo reconozcan abiertamente, se demuestra que la creencia en una fuerza superior se deriva del diseño que tenemos; es decir que también fuimos hechos para reconocer una autoridad suprema y perfecta.
A causa de la rebelión el hombre destituido del conocimiento de Dios siempre buscó a quien rendir adoración; y los rebeldes usurparon el lugar que Dios debía ocupar. Los demás dioses de las mitologías y leyendas aún existen los que existen, y pertenecen al ejército del maligno; basta ver lo que dejaron en los pueblos que manipularon, y con los que ellos influyeron la historia en la tierra.
Teniendo en cuenta los estudios hechos por el genetista Dean Hamer no puede concluirse que el gen VMAT2 sea producto de una supuesta evolución. Sus afirmaciones se basan en los últimos descubrimientos en Genética del comportamiento y neurobiología; Hamer sostiene que la espiritualidad es una de nuestras herencias básicas, y dice que la fe es determinada por nuestra biología, es decir por nuestro diseño; no que sean las creencias lo que determina nuestra biología, como lo suponen los evolucionistas.
Existen otros estudios sobre este gen también llamado gen de la religiosidad o el gen de Dios, que aseguran que se trata de una combinación de factores genéticos lo que marca la predisposición de las personas a creer en alguna religión en especial. Aunque algunas personas nacidas de padres religiosos renuncian a la fe, y se hacen ateos, estos genes siguen extendiéndose en la humanidad; y posiblemente delante de los más escépticos no prueben la existencia de Dios, pero sí indican que la búsqueda de Dios es una necesidad que obedece a la naturaleza misma del hombre.
Dios prometió a Abraham que santificaría a todas las naciones de la tierra mediante su descendencia, es decir que realiza un trabajo de genética en las naciones al cabo de milenios; nos dice que el Pastor llama a sus ovejas, ellas reconocen su voz, las llama por su nombre y las saca. Como pasar un imán sobre limaduras de hierro y de bronce que están juntas; solo las primeras obedecen al llamado, y las otras permanecen indiferentes o les causa repulsión.
En los cristianos la espiritualidad es conducida según el Espíritu Santo al interior de cada quien, modela el sentir y la forma de apreciar el mundo, por esto se establece en la mente y en el corazón de un cuerpo que de todas formas tiene genética espiritual. Para los ateos ese mismo gen puede conducir a rendir adoración de personalidades o a tener inclinaciones filosóficas. Saludos.