EL AMOR A DIOS Y LAS RIQUEZAS
Jesús dijo: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Juan 13:30).
Algunos creen que el hecho de que Dios nos demande su amor es algo absurdo, y una forma de narcicismo de su parte. Como por ejemplo el anticristiano “Sapure eude k” en su basura de video en youtube llamado “Dios no necesita de mí, ni yo de él, pero somos amigos” enseña que la fe y el amor a Dios es algo que a Dios no le importa, y que no necesita, y que tal concepto del Dios celoso es algo absurdo. Obviamente este tipo no se fundamenta en nada, simplemente cree en su propia lógica. Pero vamos a ver que este personaje no usa ni la lógica, ni el cerebro.
Ponte a pensar una cosita realmente lógica.
Si tu amaras realmente a Dios como dice Juan 13:30, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, ¿Harías lo posible por obedecerle en todo? ¿Harías lo posible en agradarle en todo? ¿Harías lo posible por hacer el bien?
¡Pues obvio que Si! Dios quiere que le amemos, porque él sabe que si le amamos, guardaremos sus mandamientos, y sus mandamientos son hacer el bien. Leámoslo:
1Juan 2:5 “Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él”.
1Juan 5:3 “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”.
El amor a Dios es guardar sus mandamientos por la sencilla razón de que Dios es justicia y cualquiera que le siga y le ame con todo su corazón querrá hacer lo que a él le agrada, y lo que a él le agrada es la justicia, y la justicia está en sus mandamientos. Dios NO QUIERE QUE LE AMEMOS POR QUE TIENE UNA NECESIDAD EXCESIVA DE QUE LE ADMIREN. Dios nos demanda su amor porque él quiere que nosotros sigamos el camino correcto, porque quiere que sigamos su justicia, ya que si no seguimos su justicia nos perderemos. Por eso el amor a Dios, dijo Jesús que es el mandamiento más importante, ya que si lo amamos obedeceremos a Jesucristo su enviado, y solo con la obediencia seremos salvos (Hebreos 5:9).
La justicia también es ayudar al necesitado (Mt. 6:1-4). Y como el amor está de la mano con la fe (1Ti. 6:11, 2:22), y la justicia también es fe a Dios (Ro. 1:17, 4:1-25) (esto lo digo porque Sapure aude k también enseña que la fe no es algo que te lleve a ser justo realmente). Cualquier religioso que dice tener fe y amor a Dios pero no practican la justicia, realmente no son cristianos, se hacen pasar por cristianos. Jesucristo desenmascaro a unos cuantos hipócritas por lo mismo (Mt. 5:20, 6:1-4, etc.).
Por eso el verdadero amor a Dios es hacer justicia (1jn. 3:10), y el amor a Dios es ayudar al necesitado. Leámoslo:
1 Juan 3:17 “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”
¡¡Esto es crucial!! Ya que esta es la forma de demostrar primeramente que amamos a Dios, y que no amamos las riquezas del mundo, si somos capaces de compartirlas con los demás, siendo misericordiosos al igual como lo es Dios (Salmos 103:8). Esto es porque el amor a Dios es diametralmente opuesto e incompatible con el amor a las riquezas. Jesucristo lo enseñó diciendo que “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24).
Si amas las riquezas No puedes amar a Dios, y si amas a Dios no puedes amar a las riquezas, ¡es imposible! ¿Y por qué? Bueno, usemos la lógica también. Pablo dijo que el amor al dinero es la raíz de todos los males (1ti.6:10). Y es porque cuando amamos las riquezas estamos idolatrando algo superficial, algo que perece, y que siempre está de la mano con el afán, la altivez, el orgullo, la vanidad, la vanagloria, la codicia y muchas cosas negativas.
Jesucristo contrastaba el hacer riquezas en la tierra, con hacer riquezas en el cielo como algo totalmente contrario (mt. 6:19-21).
Las iglesias que enseñan que Dios nos quiere dar riquezas terrenales y que quiere que seamos millonarios como enseña por ejemplo el falso pastor Marcos witt y muchos otros farsantes de fama mundial, ES ALGO TOTALMENTE SATÁNICO. Jesucristo jamás lo enseñó, sino todo lo contrario.
Recordarán la historia del Joven rico que se acercó a Jesús para preguntarle la forma de obtener la vida eterna y Jesucristo termino diciéndole: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme”. (Mat. 19:21). Al final el joven se entristeció y se fue porque tenía muchos vienes, y Jesús termino diciendo: “De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos” (Mat. 19:23).
Si se fijan, Jesucristo le dijo al rico que diera sus riquezas (tesoros) a los pobres para así obtener tesoros en el cielo. Otra vez, contrastando las riquezas terrenales con las celestiales. Pero la solidaridad o generosidad es la mejor forma de contrarrestar eso, y así demostrar nuestro amor a Dios.
La gente en el mundo generalmente es amante del dinero, por ejemplo, si tú le preguntas a cualquier persona del mundo que cual es su sueño, o que es lo que más anhela en esta vida, y te aseguro que la gran mayoría te dirá cosas relacionadas con el dinero como por ejemplo, Ganarse la lotería, conseguir un trabajo donde ganen mucho, mucho dinero, etc. Mientras el sueño de nosotros, los cristianos ¿cuál es? Pues la vida eterna, estar con Dios el Padre y con su hijo.
Cualquiera que se diga ser cristiano, que asista a una iglesia, y que desee tener riquezas en este mundo, No ama a Dios realmente, ni es un verdadero cristiano, ni tendrá la vida eterna. ¡Así de simple! Por mucho que lea la biblia, que ore en las noches, que grite aleluya, que sea lo que sea, es un hijo de perdición, un falso cristiano. No conoce realmente la biblia, ni obedece a Cristo, ni su enseñanza.
¿Porque crees tú, que las iglesias que enseñan esa basura de la prosperidad económica son tan numerosas?
Pues porque esos falsos pastores enseñan lo que la gente quiere oír (2Ti.4:3), que Dios les va a prosperar, que Dios les va a bendecir económicamente, que Dios les va a multiplicar si das ofrendas o pactos de dinero, que Dios les tiene promesas terrenales, etc.
Ahora yo pregunto: ¿alguna vez Jesucristo o alguno de sus apóstoles enseñaron que los cristianos teníamos que ser prósperos económicamente? ¡¡¡Nunca!!! ¡¡¡Jamás!!!
Sin embargo, hay un pasaje que estos hijos de satanás citan para apoyar su doctrina falsa de que Dios quiere que seamos ricos. Leámoslo:
2 Corintios 8:9 “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotroscon su pobreza fueseis enriquecidos”.
De verdad, es que hay que ser bien ciego y engañado por satanás para creer que después de que Jesucristo enseñó montones de veces que no debemos buscar las riquezas terrenales (Mt. 6:19-21, etc.) vengan ahora estos emisarios de satanás a decir que Cristo quiere que seamos ricos, pero por favor, ¡¡¡despierta!!! Te están estafando esos falsos maestros. Jesucristo se hizo pobre, es decir, empobreció su espíritu, ya que la biblia también habla de los “pobres de espíritu” (Mt. 5:3), y “pobres de espíritu” según algunos interpretes significa, una forma de humillación a Dios, y claramente Jesús se humillo a si mismo entregándose por nosotros como dice Filipenses 2:8, para que nosotros tuviéramos riquezas, pero riquezas celestiales, ya que esas son las que habla la biblia claramente. Las grandísimas promesas celestiales.
Así que te recomiendo mi estimado lector que si realmente amas a Dios, busques su justicia, y su justicia está totalmente en contra del amor al dinero. Su justicia es hacer el bien al prójimo y ayudando al necesitado, esa es la mejor forma de desapegarse del dinero.
Y si amas realmente a Dios con todas tus fuerzas, todo será más fácil, ya que si el amor a Dios es opuesto e incompatible (por naturaleza) al amor a las riquezas, pues prevalecerá tu amor verdadero, y ese amor verdadero es el que te llevará a obedecer a su hijo, Jesucristo (Heb 5:9, Juan 14:15).
Gracia y paz