La palabra de Dios condena todo lo que sea adivinación o hechicería:
“No se vuelvan a los ADIVINOS ni a los espiritistas, ni los busquen para ser contaminados por ellos. Yo soy el Señor su Dios.” (Levítico 19:31).
“No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, NI QUIEN PRACTIQUE ADIVINACIÓN, NI HECHICERÍA, O SEA AGORERO, O HECHICERO.” (Deuteronomio 18:10).
En la carta a los Gálatas, del apóstol Pablo, se nombra la HECHICERÍA entre los pecados graves que impiden entrar en el Reino de Dios:
“Idolatría, HECHICERÍAS, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías”. (Gálatas 5,20).
En el libro del Apocalipsis lo mismo:
“Mas los perros estarán fuera, Y LOS HECHICEROS, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira se anuncia que los hechiceros junto con los "pervertidos, fornicarios, asesinos, idólatras y engañadores", no tendrán entrada a la Ciudad celestial.” (Ap. 22,15).